- Con la derrota que encajó ayer en Valladolid (3-2), Osasuna elevó a seis su racha de partidos consecutivos sin conocer la victoria en la competición liguera. Los rojillos han sumado únicamente un punto de los últimos 18 a los que han aspirado, una paupérrima cosecha que sirve para explicar que el conjunto navarro ocupe ahora la penúltima plaza de la clasificación con 11 puntos, a dos de la permanencia cuando todavía quedan por disputarse el resto de los nueve partidos de la 13ª jornada de Primera División entre hoy sábado y el próximo lunes, por lo que la distancia puede que acabe siendo aún más amplia.

Osasuna ha perdido sus tres últimos partidos de Liga (4-0 en el Camp Nou contra el Barça, 0-2 con el Betis en El Sadar y 3-2 ayer con el Valladolid, que le adelantó en la clasificación) y en los tres anteriores solo fue capaz de lograr un empate en Pamplona con el colista Huesca (1-1), mientras que cayó ante Atlético (1-3) y Sevilla (1-0). En total, seis partidos consecutivos sin conocer la victoria, que sirve para igualar la peor racha del conjunto navarro desde que Jagoba Arrasate ocupa su banquillo.

El curso pasado, el de su retorno a la máxima categoría, Osasuna ya estuvo seis jornadas seguidas sin ganar (entre la segunda y la séptima, ambas incluidas), pero con la diferencia de que en aquella ocasión solo concedió una derrota (en el Bernabéu) y sumó 5 puntos de 18 posibles gracias a cinco empates, uno de ellos contra el Barcelona en El Sadar.

A diferencia de la actual mala racha, Osasuna ofrecía por aquel entonces unas sensaciones mucho más positivas que las que trasmite ahora. Porque ayer, por ejemplo, el cuadro de Arrasate se mostró como un equipo sin alma y con una preocupante fragilidad defensiva, principalmente en el inicio de ambas partes. Encajó pronto y, pese a que fue capaz de remontar antes del descanso, después volvió a las andadas y vio como le pintaba la cara un rival directo por la permanencia, muy cara ahora, aunque con muchos partidos por delante para abaratarla.