En un lugar de la Manchuela conquense, una localidad de 6.000 habitantes dio a luz hace 33 años al actual pichichi y finalista de la Copa del Rey: Enrique García Martínez, más conocido como Kike García. Motilla del Palancar (Cuenca) es el hogar del delantero rojillo, quien podrá contar en La Cartuja con el apoyo y el calor de más de 40 motillanos que día a día tiñen de rojo la localidad manchega.

Kike dio sus primeros pasos en los alevines del Motilla Club de Fútbol. En segundo año de juveniles destacó y se marchó al Quintanar del Rey, equipo de una localidad próxima a Motilla. Más tarde, el filial del Murcia se fijó en él y pasó al primer equipo, en el que disputó cinco temporadas y anotó 48 goles, convirtiéndose en uno de los jugadores más queridos del club. 

En la temporada 2014/15, el Middlesbrough inglés se fijó en él y viajó a la ciudad británica para lograr un ascenso a la Premier League, lo que le catapultó hasta el Eibar. Kike estuvo durante un lustro portando la camiseta armera y logró llevar el brazalete de capitán, hasta que Osasuna se fijó en el motillano y lo incorporó en sus filas para la campaña 2021/22. Con cinco goles en Copa, Kike tiene la oportunidad de ser el primer vecino de Motilla del Palancar en levantar un título oficial en España.

El delantero rojillo lleva a sus espaldas una gran trayectoria, lo cual no le ha impedido ser el mismo juvenil humilde que salió hacia Murcia. “Kike no se lo tiene creído, es muy abierto con todas las personas, se va parando a hablar con la gente del pueblo, se saca fotos con los niños y nunca tiene ningún inconveniente”, explica su amigo de la infancia Jesús Beltrán, que jugó con él en categorías inferiores del Motilla y en Quintanar del Rey.

“Se veía desde pequeño que despuntaba. Discutíamos por ver quién iba con él en el equipo porque sabíamos que así teníamos un 80% de posibilidades de ganar”, relata Jesús, conocido como Kukala en Motilla. Además, su compañero de pandilla cuenta que “viene cuando puede y echamos unas pachangas”, en las cuales “nos pega unas pasadas... y eso que no se esfuerza mucho. Se pega dos carreras y estamos todos ya tirados por el suelo”.

Asistentes al campus de iniciación al fútbol de Kike García, junto con el futbolista en El Carrascal, estadio del Motilla Club de Fútbol. Aitor Cuadrado

Un hombre del pueblo que siempre ha llevado el nombre de su localidad natal allí donde ha ido. Kike es el menor de cinco hermanos y Luis, el cuarto de los García, asegura que el goleador copero es un hombre sencillo: “Es muy del pueblo, el pueblo es muy de Kike y está muy orgulloso de ser de Motilla”. “Viene de una familia humilde y eso le caracteriza. Lo que ha aprendido no lo ha aprendido en ninguna escuela, lo ha hecho en la calle”, asegura.

Esa sencillez ha hecho que Kike se gane el amor de todo un pueblo. José Manuel Ayala, expresidente del Motilla Club de Fútbol y amigo, afirma que el futbolista es “uno más de nosotros”. “Cuando viene hay veces que le decimos: macho, no podemos andar por el pueblo contigo”, comenta entre risas, debido a toda la gente que se para a hablar con el delantero.

El fenómeno Kike García ha conseguido que se vean camisetas del jugador rojillo en Motilla del Palancar, según cuenta Ayala: “Ahora es cuando te das cuenta de lo importante que es tu amigo. Ves a los niños con la camiseta de Osasuna en Motilla y eso era inimaginable. Cuando estaba en Eibar se veían algunas camisetas, pero ahora de Osasuna se ven muchas”.

Su hermano Luis suele ser el encargado de distriubuir las camisetas en la localidad manchega: “Cada vez que vamos a Pamplona nos toca llevar algunas porque siempre nos encargan camisetas”. Sin embargo, ahí no queda la pasión por Kike García, sino que en Valencia, Almería e incluso en Argentina visten la elástica del jugador conquense. “Tengo un compañero que tiene familia en Argentina y son muy futboleros. Cuando fui en enero en Navidades a Pamplona me tocó comprar tres camisetas de Kike para llevárselas. Además, trabajo en Valencia y voy mucho a Almería, así que mis amigos me piden. Cuando jugó Osasuna en Almería, conmigo había tres o cuatro amigos con camisetas rojillas”, relata Luis.

Motilla, en masa a Sevilla

Una final para Osasuna ocurre cada 20 años, pero que un motillano la juegue no ha ocurrido nunca. “Aquí hay una peña del Madrid y es un pueblo muy madridista, pero un amigo es un amigo. La mayoría vamos con Osasuna y con Enrique porque es un amigo y te necesita”, explica Jesús Ayala, que irá en autocaravana junto a cinco amigos más.

Luis García también asegura que la relación de la localidad con Kike supera a los colores: “Allí, aunque sale la sangre merengona, tú tiras hacia lo que conoces y mi hermano es uno más. Por muy del Madrid que seas, es único que un vecino del pueblo llegue a una final y que gane un título”. 

Kike García, firmando la camiseta a un niño en el campus de fútbol en Motilla del Palancar. Aitor Cuadrado

El pueblo está volcado con Kike y se lo demostrarán en La Cartuja. Su hermano Luis atreve a dar una cifra de personas que irán a Sevilla y asciende a más de 40 motillanos que apoyarán al atacante manchego: “Vamos a ir mi familia al completo, que somos 17. La gente se ha movilizado en masa, estamos ilusionados y nerviosos. Seremos unos rojillos y unas rojillas más”. “La gente está ilusionada, contenta y apoyan a mi hermano, incluso los que son del Madrid”, añade.

“Ya teníamos mirado antes del partido de vuelta en Bilbao los apartamentos. En cuanto se metieron en la final, todos súper contentos. Kike estaba súper emocionado, nos llamaba y nos mandaba vídeos de todo lo que había montado ahí por la noche en esa plaza de Pamplona. Nos decía que eso era único”, relata emocionado el hermano mayor del pichichi copero.

Este apoyo no se debe repentinamente al éxito copero, sino que el pueblo le ha seguido allí adonde ha ido. Por su parte, Ayala se declara como uno de los mayores aficionados del jugador: “Yo lo llevo siguiendo desde que estaba en Murcia, fuimos a Inglaterra a verlo, estuvimos en Eibar y vamos a Pamplona cuando podemos”. Incluso cuando Osasuna ha jugado en otras partes del país, siempre ha habido una representación motillana en las gradas del estadio.

Orgullosos de su vecino

Que un hermano, vecino y amigo pueda ganar la Copa y ser el pichichi de la competición provoca en los motillanos un sentimiento de orgullo. “Es una satisfacción enorme, no podemos estar más orgullosos de él”, expresa Ayala. Su amigo Jesús Beltrán también coincide en que es “una satisfacción enorme” y añade que “no te crees que pueda ser pichichi un vecino y amigo de Motilla”.

Luis García, por su parte, afirma que se encuentran con “muchos nervios, sobre todo la matriarca y el patriarca”, puesto que es la primera final que juega en España. El cuarto de los hermanos García asegura que al Madrid, “si tiene algo de confianza, le tiene cogida la medida, puesto que le ha metido dos goles con el Eibar y uno con Osasuna”. Para Luis, “lo que queda en el currículum es el título”, pero afirma que “se le hará algo en el pueblo gane o no gane” al regresar de Sevilla.

Dos amigos de Kike, Héctor Mondejar y José Amoraga, vicepresidente del Motilla; en el Real Madrid-Osasuna.

Dos amigos de Kike, Héctor Mondejar y José Amoraga, vicepresidente del Motilla; en el Real Madrid-Osasuna. Redacción DNN

Todo por su pueblo

Aparte de pasear el nombre de Motilla del Palancar por toda España e incluso por Inglaterra, Kike colaboró durante unos cuantos años en los campus de tecnificación de fútbol para niños que organizaba la Escuela Municipal y el club de Motilla.

“Siempre ha estado dispuesto a ayudarnos en todo. Necesitábamos algo, le llamábamos y siempre recibíamos un sí por su parte”, asevera Ayala, presidente del club antes de la pandemia.

El campus se organizó durante varios años y se apuntaban 30 niños, pero cuando Kike entró a colaborar se sumaron hasta 60. Cuatro años colaboró el entonces jugador del Eibar en estas actividades para los más pequeños de Motilla y alrededores. “Se pasaba todas las tardes con los chiquillos, enseñándoles regates, golpeo de balón, etc.”, explica Ayala.