Ya que la junta directiva de Osasuna no tiene reparo en llevarse a todo el equipo a hacer ritos supersticiosos como la ofrenda a un santo, es el momento de echar el resto y organizar una queimada –lo suyo sería en el Lar Gallego– con su correspondiente conjuro contra las brujas. Porque eso de que a la puerta de la Conference League espere el potente Brujas, cual Can Cerbero, preocupa y da mal rollo a Osasuna, con lo que le ha costado llegar hasta ahí –en el campo y en los despachos–.

Hablamos, claro está, de ese conxuro que empieza así: “Mouchos (búhos), coruxas (lechuzas), sapos e bruxas”. Nada que no le puedan explicar a la perfección a Luis Sabalza –y hasta ejecutar, cazo en ristre– los gallegos Braulio o Fran Canal. Y, así, “las brujas quedarán purificadas de todas sus maldades”. Que no sabemos si funcionará o no, pero que se le puede contar después al Brujas y lo mismo obnubila a algún jugador especialmente aprensivo.