Arrasate decidió que su etapa en Osasuna terminaba con el último partido de Liga del curso. Y el legado del entrenador, un hombre histórico en la vida del club, no se podía vincular al resultado del último encuentro con el Villarreal, al fin y al cabo una cita sin mucha trascendencia porque casi todo estaba decidido. Por eso, en una jornada emocionante y sentimental, con espacio para contabilizar sensaciones más que puntos, el empate de Osasuna con el Villarreal no estropeó la despedida. Sumó un punto más, todo sumaba en esta última cita para rematar una campaña única en la historia de la entidad, con la participación en cuatro competiciones, colofón de la temporada anterior, de un camino recorrido con el técnico, de una senda muy especial.

El legado de Arrasate es de estabilidad y de adhesión de los aficionados. La estabilidad va unida a un rendimiento deportivo a partir de un trabajo exitoso y sin estridencias, relacionado con el conocimiento de la idiosincrasia del club, y eso requiere tiento y tiempo. El renacimiento de la conexión entre grada y equipo y su consolidación es un éxito para cultivar y en el que insistir, pero un logro que se nota a cada cita. Y esa simbiosis se vio en el último partido.

Arrasate se marcha con la cabeza alta, dejando el listón a la misma altura que ha colocado el orgullo del nuevo osasunismo, firmando también la única gestión brillante de todo este tiempo, que no es otra cosa que el equipo haya seguido en Primera. Su marcha es una pérdida como para sentirse preocupados y expectantes.

El partido con el Villarreal se presentaba como lo de menos, porque era el trámite para dar carpetazo a la Liga, pero no lo fue tanto porque también sirvió para honrar al entrenador con algunos minutos excelentes de un Osasuna reconocible, intenso, comprometido, vertical. También con el gol de Budimir, su ariete, el intérprete de centros que tras su último gol corrió al banquillo para celebrarlo con él. La reunión en la banda, el abrazo del resto de los jugadores con el entrenador y los ayudantes que se marchan, convocados por los gestos del croata, se convirtió en una emotiva imagen para el adiós. Cohesión y unidad, señales que indican dónde reside el éxito de un grupo, que tiene que ver con el trabajo, pero con todas esas pequeñas cosas que compactan los bloques y tapan las grietas cuando llegan.

Arrasate presentó un equipo marca de la casa, en el que las lesiones quitaron el protagonismo a hombres importantes en su etapa, caso de David García y Rubén García, pero estuvieron otros como el puñado de perlas de Tajonar –el renacido Areso, el sólido Herrando, el manijero Iker Muñoz, el indomable Pablo Ibáñez o el exquisito Aimar Oroz– y tipos con galones como Lucas Torró y Ante Budimir.

El delantero croata ha ido en progresión desde su llegada a Osasuna y, tipo entregado y sufrido, marcó en su primera titularidad tras su lesión. Fue la culminación de los mejores momentos de los rojillos impulsados por el motor revolucionado de Rubén Peña. El decimoséptimo gol de Budmir le acercó a Sorloth, que se marchó lesionado a los trece minutos y le quitó al partido una de las capas de emoción en la lucha del noruego por ser máximo goleador. Morales salió por el delantero nórdico para seguir de tipo inoportuno aquí, aguando la fiesta completa a los rojillos con su gol y estando cerca de algunos otros en el segundo tiempo. Osasuna soportó las acometidas y cerró el curso con su punto 45, otro gran balance esta época.

Arrasate terminó así de subir sus peldaños en la escalinata de la historia del osasunismo. Ya está por encima de los resultados.

 1 - Osasuna: Aitor Fernandez: Areso, Catena (Unai García, m. 80), Herrando, Mojica; Torró (Moncayola, m. 66), Iker Muñoz, Ibáñez (Moi Gómez, m. 66); Peña, Budimir (Raúl García de Haro, m. 59), Aimar (Arnaiz, m. 80).

1 - Villarreal: Reina: Kiko Femenía, Mandi, Mosquera, Cuenca (Parejo, m. 64); Trigueros, Comesaña, Baena (Guedes, m. 64); Traoré, Sorloth (Morales, m.17), Terrats (Akhomach, m. 79).

Goles: 1-0, m.30: Budimir. 1-1, m.57: Morales.

Árbitro: Melero López (Comité andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Iker Muñoz, Peña, Arnaiz y Unai García por parte de Osasuna, y a Baena, Mosquera y Traoré, del Villarreal.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima octava jornada de LaLiga EA Sports disputado en el estadio El Sadar ante 18.385 espectadores.