Evidentemente ganar siempre gusta y más si es contra uno de los grandes, pero Osasuna debe de estar muy satisfecho de lo realizado contra el Real Madrid. No es lo mismo empatar así que como el día de Las Palmas. Lo de El Sadar de esta tarde de sábado fue un ejemplo de cómo empatar.
Y es que da gusto ver a Budimir o a Aimar corriendo en los últimos minutos para evitar acciones de peligro del Madrid. Eso solo es una muestra del esfuerzo que mostró el equipo en la segunda mitad.
Y es que la primera parte Osasuna se vio superado por un equipo que evidentemente tiene una cantidad de pólvora ofensiva que da miedo. Y eso descolocó a los rojillos pero supieron mantenerse vivos y solo encajar un gol de Mbappé en una jugada algo trastabillada. Hay que dar mérito a la horrible política de comunicación blanca del resurgir de Osasuna. Los blancos están tan pendientes del árbitro que protestan lo que es y, sobre todo, lo que no es. No tienen filtro. Y eso empezó a sacarlos del partido hasta el punto que Bellingham dejó a su equipo con diez por una calentada que luego trató de justificar diciendo que le entendió mal.
Y Osasuna con uno más supo sacarle jugo al partido para comenzar a llegar por las bandas y eso que no se vio al mejor Bryan. El malagueño aún necesita más minutos para ir cogiendo sensaciones y el rival que había delante no era el más apropiado para ello.
En un centro lateral llegó el penalti a Budimir, pero no sin antes un paradón de Courtois, que ya había sacado en la primera mitad una bola tremenda a Aimar. Se podría decir que el belga fue clave para arrancarle dos puntos a Osasuna, pero tampoco es menos cierto que Sergio Herrera también tuvo unas apariciones de tremendo éxito especialmente en el último tramo de partido a una llegada de Mbappé.
Lo más preocupante del partido contra el Madrid fue de nuevo el poco rendimiento aportado desde los jugadores de banquillo. Rubén Peña fue superado constantemente por Vinicius tras su entrada y Bretones tampoco estuvo muy bien en el otro lado del campo. Como siempre no se sabe qué fue primero sin el rendimiento de los suplentes o su falta de ritmo por no tener minutos. Pero urge arreglarlo ya que la semana que viene va a haber varias bajas y se necesita un buen nivel de los menos habituales.