IR en coche a Tudela, el vuelo Madrid-Pamplona y el trayecto completo de las líneas 4H y 7. Los tres viajes comparten la misma duración. Casi una hora. En concreto, cuesta 58 minutos ir de Huarte a Barañáin (línea 4 Huarte) y unos 50 desde Villava hasta Barañáin (línea 7), siempre y cuando se den las condiciones óptimas.

El tráfico en horas punta (a las 8.30 y 13.30 horas), los coches en doble fila, las obras, la entrada o salida de estudiantes de los colegios o la lluvia suman minutos a la cifra oficial. "De 60 a 70 minutos, se puede llegar a alargar", calculó Antonia Sánchez, conductora de la línea 7.

El conductor de la 4H pasea alrededor del autobús y se monta, resignado. El vehículo está vacío, pero desde la primera parada, frente a la parroquia de Santa María de Barañáin, se empiezan a subir pasajeros. El movimiento constante de personas entrando y saliendo del autobús, parar en cada marquesina, en cada poste. Así hasta Huarte. La zona de Hospitales se complica, pero la auténtica congestión está en el centro de la ciudad, especialmente en las rotondas de plaza Príncipe de Viana y en Merindades. Debe esperar en cada parada ya que son dos de los destinos más frecuentes de los pasajeros

A medida que avanza hacia Burlada, el tráfico se relaja. A la altura del número 36 de la calle Mayor de Burlada desciende una gran parte de los pasajeros. Pocos se mantienen hasta Huarte, ya que para oriundos de Burlada y Villava resulta una alternativa a la 4V.

Al regreso desde Huarte, hay que sumarle 10 minutos más, ya que hay que dar la vuelta al lago de Barañáin. 58 minutos como mínimo. Éste es el panorama de un trayecto completo de la línea 4H.

La 7 evita el centro, pero el rodeo es mayor. En este caso, el movimiento de pasajeros es también circular. Un goteo de personas que se montan a lo largo de Villava y la Chantrea, la mayoría descienden en las proximidades de la avenida Bayona o en la zona de Hospitales. En esos puntos sube más gente, vecinos de Barañáin en su mayoría. El tráfico castiga el paso por las rotondas, como la de San Jorge o en los Golem Baiona.

Con el fin de evitar esperas a los usuarios, los conductores tienen dos opciones para ganar tiempo y cumplir el horario. En el caso de la 4H, pedir refuerzos o quitarse minutos de descanso en determinadas paradas. "En horas punta se ponen refuerzos, que te quitan gente y adelantas lo perdido, luego los retiran. Si hay algún problema, entonces yo llamo, les digo que no puedo llegar y viene un autobús que esté libre. Puedes perder uno o dos minutos, pero tienes puntos intermedios en los que siempre te sobran unos minutos", explica Fernando Ríos, conductor de la línea 4H.

En cambio los conductores de la línea 7 no tienen más que la segunda opción. "La 7 no tiene refuerzo, así que no tenemos descansos. Cuando llegas a una parada de cabecera si te sobran, tienes una hora de regulación, pero de normal no llegas al horario. Esta línea es una en las que no te puedes dormir", comentó la conductora de la 7.

Por su parte, los usuarios consideran que hay demasiadas paradas y que los trayectos son largos. "Cojo sobre todo la línea 4, creo que hay muchas paradas antes de llegar adonde quiera. De mi casa, cerca del lago de Barañáin, hasta el Hospital son más de 15 minutos y, hasta el centro, media hora", contó Blanca Marrón. En total son 27 las paradas establecidas para la línea 4H, mientras la 7 suma 33. "Para ir a Monasterio de Oliva cogemos la 7, de normal nos viene mejor la 4, el recorrido de la 7 es muy largo", explicó el usuario Manuel Iribarren.