El decano de los fotógrafos taurinos españoles y vinculado desde hace décadas a la historia de los Sanfermines, Francisco Cano Lorenza, Canito, falleció en la madrugada de ayer en Valencia a los 103 años como consecuencia de un infarto cerebral, que le mantuvo en estado crítico durante los últimos tres días.

Nacido en 1912 en el alicantino barrio de la Goteta, fue profesor de natación en el balneario que regentaba su padre. Probó fortuna, después, como boxeador en el peso mosca, y, más tarde, como torero, que era -así lo reconoció- su verdadera vocación. Toreó varios años sin caballos y debutó con picadores en 1941, en la plaza de Puertollano.

Canito fue todo un referente en la historia de la fotografía taurina española. Con más de 50 años en activo, pasó a la historia por ser el único en captar la muerte en directo de Manolete en la Plaza de Toros de Linares en 1947, además de codearse con las principales figuras del toreo de la época y otras celebridades nacionales e internacionales. Ava Gadner, Gary Cooper, Sofía Loren, Marisol o Chartlon Heston y, por supuesto, Ernest Hemingway, aparecen en retratos individuales, en ruedos, salones o tablaos, captados en instantáneas cercanas y espontáneas, ya que Canito era admitido con naturalidad en su entorno, como uno más.

Habitual en las fiestas de Pamplona, ya centenario Canito inauguró en los Sanfermines de 2013 una exposición con 70 de sus fotografías en blanco y negro, momento en el que, tras visitar a San Fermín dijo que echaba de menos las fiestas del pasado.

Dos millones de instantáneas disparadas y cientos de plazas de todas las categorías son el legado de más de 70 años consagrados a la fotografía taurina de Canito, que en 2014, poco antes de cumplir 102 años, fue galardonado con el Premio Nacional de Tauromaquia.