pamplona - “El Ayuntamiento puede hacer bandera con un proyecto emblemático en Autobuses”. Quien habla es José Javier Sánchez Turrillas, uno de los vecinos de toda la vida de la vieja estación, que, como la mayoría de los que aún residen en la manzana, aplaude que se vaya a consolidar el edificio “por su valor arquitectónico y por el valor histórico que tiene, porque no hay que olvidar que fue la primera estación de este tipo de todo el Estado y una referencia. Solo como tal debemos preservarla”, destaca.
José Javier Sánchez Turrillas es nieto de uno de los primeros inquilinos que tuvo la manzana de Autobuses, un proyecto pionero en su día que se completó en sus pisos superiores con viviendas sociales de propiedad municipal. “Fueron destinadas a empleados municipales, fue uno de esos avances sociales de la República. Mi abuelo, Santiago Sánchez, era jefe de Jardines del Ayuntamiento”, recuerda. Firmó el contrato, que se reproduce en esta página, en septiembre de 1934, donde figura lo que costaba el alquiler en la época, 70 pesetas. “Era una cantidad asumible para un empleado”, afirma.
Después de su abuelo, fue su padre, José Sánchez Forcada, el que heredó el arriendo, y por último, su madre, Pilar, que a sus 94 años, “no quiere moverse de aquí, le daría algo”. Con ella vive ahora Javier Sánchez Turrillas, ingeniero prejubilado, en su día parlamentario del PSN. En la actualidad, el alquiler es de unos 150 euros, aunque el contrato de arriendo establece que solo pueden realizarse dos subrogaciones. “Cuando fallece el último arrendatario, el alquiler se ajusta ya a los precios del mercado actual”, indica. En la actualidad, hay 22 de las 66 viviendas ocupadas por vecinos: “La mayoría son descendientes de aquellos primeros inquilinos”. Una familia, la de Autobuses, que ha vivido durante décadas entre los autocares que echaban humo en las dársenas, bajo aquellos lucernarios. “Éramos como una familia. Yo he pasado los mejores años de mi vida aquí”, recuerda.
Años felices y también preocupaciones, sobre todo cuando Alfredo Jaime les comunicó que se iba a derribar: “Nos propuso un realojo en Azpilagaña o por ahí, pero entonces nos juntamos como asociación; éramos unos 80 vecinos y buscamos uno de los mejores abogados”. Recuerda aquel día en que su letrado le comunicó a Jaime que no iban a dejar de pleitear. “Le dijo que íbamos a plantear recursos a todo lo que hiciera y que tendría que esperar 16 o 17 años para poder entrar con la excavadora”. Y así se quedó.
Sin embargo, la sombra del derribo que pretendía UPN ha sobrevolado siempre el futuro de sus viviendas. “Por eso, el Ayuntamiento, a pesar de que es propiedad municipal, lo ha dejado abandonado. En su día pintaron las fachadas, arreglaron el tejado y los lucernarios, pero la imagen del patio interior o de los portales es lamentable”, dice.
Por eso, ahora han recibido la propuesta de rehabilitación con gran sorpresa: “Hemos visto que el actual equipo lo ha cogido con ganas. Por primera vez se quiere dar valor al edificio”, opina y añade que “el Ayuntamiento puede hacer bandera con algo emblemático en Autobuses; es un sitio privilegiado. Pienso que acierta mucho con su propuesta, se rehabilita y se orienta a la gente joven y a las energías renovables”. Aún más, Sánchez Turrillas confía en que con un plan a largo plazo, puede ser un “edificio referencia en la ciudad”. - Marivi Salvo