La tormenta que se ha vivido esta semana en el Ayuntamiento de Pamplona tras conocerse el fichaje de dos concejales de UPN ( María García-Barberena y Fermín Alonso ) por el PP y la posterior decisión del alcalde Maya de cesar a ambos anticipa un final de mandato más turbulento de lo que cabía esperar y con posibles consecuencias en la gestión de las 9 semanas que restan de legislatura, especialmente en lo referente a la organización de los Sanfermines.

Que a menos de tres meses del inicio de las fiestas el alcalde haya decidido prescindir de la concejala delegada de Cultura, María García-Barberena, que hasta su expulsión era la encargada de organizar y contratar los eventos festivos, supone una dificultad añadida con derivadas desconocidas, lo que viene a complicar aún más la delicada situación interna que se respira en lo que queda de la coalición de Navarra Suma.

La responsabilidad de cerrar la organización de los Sanfermines recae ahora en las manos de Ana Elizalde, teniente de alcalde, que como primera tarea deberá presentar la semana que viene los 10 carteles del concurso que serán sometidos al veredicto de la ciudadanía en una consulta.

Es una incógnita en estos momentos conocer cómo ha podido influir el cese de García-Barberena y de cuánto estaban avanzadas las gestiones que había realizado en la organización de las fiestas hasta su expulsión del equipo de Gobierno, pero resulta factible pensar que este cambio de guión ha trastocado los planes previstos en el Ayuntamiento y tendrá consecuencias.

Lo que todavía está sin aclarar es el futuro de los dos ediles díscolos, a los que el alcalde ha pedido que entreguen sus actas de concejal, cosa que por el momento no han hecho y que no parece que tengan intención de hacer.

Lo que dice el reglamento sobre los concejales no adscritos

Su expulsión del grupo municipal, así como de las comisiones y de todos los órganos de representación, conduce a García-Barberena y Alonso al grupo de los no adscritos.

Según contempla el Reglamento Orgánico del Pleno en el punto 1 del artículo 30, “tendrán la consideración de concejales no adscritos quienes no se integren en el grupo político que constituya la formación electoral por la que fueron elegidos, abandonen su grupo de procedencia o sean expulsados del mismo”.

En el punto 4 del mismo artículo se establece que “los derechos económicos y políticos de los no adscritos no podrán ser superiores a los que les hubiesen correspondido de permanecer en el grupo de procedencia. Los no adscritos tendrán los derechos reconocidos reglamentariamente a los concejales individualmente considerados. Corresponderá al Pleno resolver cualesquiera cuestiones relacionadas con su ejercicio. Cada concejal no adscrito tendrá derecho a formar parte de una comisión. Dicha comisión será determinada por el Pleno”.

De momento, los grupos de la oposición no han sido informados de los cambios introducidos por Maya tras la expulsión de los dos concejales ni conocen el contenido de la resolución de Alcaldía donde se recoge la nueva estructura interna del equipo de Gobierno.

Fuentes consultadas por este periódico señalan que si se ha variado la composición de las comisiones es pertinente convocar a la Junta de Portavoces, en la que están representados los 4 grupos.

Otro de los interrogantes que se mantiene es si el alcalde cambiará la ubicación que actualmente ocupan García-Barberena y Alonso en el Salón de Plenos, integrados en el grupo municipal de Navarra Suma, y queda también por conocer si podrán participar en las sesiones que quedan por celebrarse.

Los Plenos que restan en la legislatura

Al menos habrá dos sesiones, una de ellas el 4 de mayo, el último pleno ordinario antes de la celebración de las elecciones del 28 de mayo. La segunda será la correspondiente al cierre de legislatura, cuando se tramitan las últimas resoluciones pendientes.    

Es posible que se convoque un tercer Pleno de carácter extraordinario para incorporar al presupuesto prorrogado partidas procedentes de los fondos europeos Next Generation, aunque también podría ocurrir que esta modificación presupuestaria sea incluida en el mencionado Pleno ordinario del 4 de mayo.

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Sea como sea, la realidad es que el tramo final de la legislatura se presenta sumamente difícil para el alcalde Enrique Maya, con el equipo de Gobierno en descomposición y con desconfianzas entre sus integrantes a la espera de conocer los nombres de la lista que está confeccionando UPN para el Ayuntamiento de Pamplona.

El coste político de esta operación también constituye una incógnita, ante las consecuencias que pueda tener en el electorado de la derecha el espectáculo que están protagonizando y si la salida de García-Barberena y Alonso, ambos jóvenes y con proyección, tiene efecto en forma de votos.