El Ayuntamiento de Pamplona termina la legislatura con un suspenso ganado a pulso en política urbanística municipal, con proyectos importantes que han vuelto a meterse en un cajón y polémicas en otras intervenciones.

Como ha reconocido el alcalde Maya, el principal fracaso del mandato ha sido la fallida reurbanización del paseo de Sarasate, que quiso convertir en un boulevard donostiarra antes de que las desavenencias sobre el diseño bloquearan la iniciativa.

Por presupuesto, más de 10 millones de euros, y por envergadura (22.675 metros cuadrados), la reforma de Sarasate y de las calles adyacentes estaba llamada a convertirse en el proyecto estrella de la legislatura. 

Paseo de Sarasate

El trabajo municipal había comenzado antes, por iniciativa del cuatripartito. Para cuando Maya accedió a la Alcaldía ya se había convocado un concurso de ideas, cuyas propuestas ganadoras fueron presentadas a bombo y platillo en diciembre de 2019 por los concejales Echeverría y Alonso, rodeados de planos de las tres propuestas seleccionadas (‘Zapateando’, ‘Zip’ y ‘Un paseo con tres plazas’). 

El problema comenzó cuando el equipo de Gobierno decidió por su cuenta elaborar un proyecto diferente, con ideas cogidas de los tres proyectos ganadores, lo que desde el principio contó con el rechazo de la mayoría municipal por no contemplar un concepto básico: que desapareciera el actual desnivel creando una plataforma única para todo el paseo.

No fue posible consensuar el proyecto. El equipo de Gobierno se cerró en banda con su propuesta inicial y con el argumento, luego desmentido por los técnicos, de que la plataforma única iba a afectar al arbolado del paseo dio carpetazo al proyecto, echando la culpa a los grupos de la oposición de la imposibilidad de lograr un consenso. 

La calle Amaya fue el centro de una intensa polémica ciudadana por los diversos cambios que introdujo el equipo de Gobierno. Hasta en tres ocasiones el entonces concejal de Movilidad modificó el trazado, en un intento de conciliar las necesidad del tráfico rodado y los nuevos conceptos de la movilidad sostenible, lo que no siempre ha sabido gestionar de la mejor forma.

Pasarela del labrit. Medias verdades para tapar el gasto

No le han ido mucho mejor las cosas al alcalde con el proyecto para la reparación de la pasarela del Labrit, cuyo gasto se ha disparado muy por encima de las previsiones (1,4 millones de euros hasta el momento) entre otras cosas porque el problema que obligó a su cierre en 2016 era bastante más serio de lo que algunos pronosticaron.

De las dos semanas que habían previsto para su reapertura se pasó a los 3 años y medio, con un sinfín de contratiempos y retrasos ante la gravedad de los defectos encontrados en la estructura.

El equipo de Gobierno ha empleado todo tipo de estrategias para ocultar el desaguisado, recurriendo al uso de medias verdades e informes parciales, como cuando el concejal Alonso, cesado la semana pasada, afirmó que la Cámara de Comptos había auditado las cuentas de la reparación pese a conocer que el propio órgano fiscalizador, en su dossier anual sobre las cuentas municipales, expresamente aclaró que no había auditado el gasto de la pasarela.

Los datos facilitados por el Ayuntamiento indican que las obras de refuerzo y reparación han tenido un coste de 807.214 euros, a los que hay que sumar los estudios y trabajos técnicos encargados desde 2016, además del proyecto de reparación, inspecciones y andamiaje, y de otras actuaciones alrededor de la propia infraestructura, alcanzando un gasto total de 1,4 millones de euros.

La pasarela fue inaugurada en diciembre de 2010 y a principios de 2016 aparecieron los primeros problemas por problemas de oxidación con el deterioro de algunas planchas de acero y el desprendimiento de algunas de ellas. Tras varios cierres puntuales, se cerró definitivamente en septiembre de 2016. Fue reabierta el pasado 22 de febrero después de haber sustituido 40 toneladas de acero y hacerse un 30% de nuevas de soldaduras. 

Durante el acto de reapertura, que el alcalde Maya convirtió en el comienzo de la campaña preelectoral de UPN, un técnico municipal reconoció que si se hubieran realizado las pruebas de resistencia en su momento se habrían detectado los defectos que aparecieron más tarde. 

El Ayuntamiento ha anunciado que reclamará a los responsables, desde la redacción del proyecto, a su ejecución y la dirección facultativa, a través de un procedimiento de responsabilidad. 

El diseño y la dirección de obra de la pasarela corrió a cargo del equipo constituido por Boreas Nuevas Tecnologías SL, Óscar Pérez Silanes, Carlos Pereda Iglesias e Ignacio Olite Lumbreras. La UTE formada por Arian (80%) y Teusa (20%) fue la encargada de su construcción.

Lo sucedido con este expediente es un buen ejemplo de cómo ha sido la gestión de la coalición UPN-PP-Cs y el inicio de una pendiente decadente en la acción del gobierno municipal.

Que Maya, después de haber firmado un pacto con el PSN que expresamente rechazaba el arreglo de la pasarela con dinero público, decidiera incumplirlo, además de suponer la ruptura del acuerdo que le había permitido aprobar el único presupuesto de la legislatura, acentuó el aislamiento de Navarra Suma, que desde ese momento tomó la decisión de gobernar a espaldas de la mayoría municipal.

Plaza de la Cruz. Sin presupuesto y sin pasar por Pleno

Para terminar el mandato, el equipo de Gobierno no ha tenido mejor ocurrencia que poner en marcha el proyecto para el aparcamiento y la reurbanización de la Plaza de la Cruz sin tener presupuesto ni haber pasado por el Pleno, como recomendó el Secretario. 

Ni la falta de presupuesto ni el anuncio de EH Bildu, PSN y Geroa Bai de no aprobar ninguna partida para este proyecto han podido frenar los planes de UPN con un proyecto polémico desde el principio, que ha generado una profunda división en el barrio, contempla la tala de 35 plataneros ubicados en la calle Sangüesa y el trasplante de 11 arces en la Plaza de la Cruz para la construcción de un aparcamiento de 4 plantas con 346 plazas.

La licitación es de un contrato mixto de concesión y obras por importe superior al umbral comunitario que sale a concurso por un importe de 13.735.868 euros. De esta cantidad el Ayuntamiento se hará cargo de 2.579.330 euros en concepto de obras de remodelación de la propia plaza, además de las calles circundantes: Navarro Villoslada, Francisco Bergamín y San Fermín.

Maya ha decidido pegar una patada hacia adelante y seguir con la tramitación del expediente. Una apuesta arriegada para su despedida que deberá solventar la próxima corporación.