El proceso se ha puesto en marcha para determinar el futuro del monumento franquista de los Caídos que se mantiene en Pamplona como homenaje a los vencedores de la guerra civil, cuyo destino final dependerá de si las cuatro fuerzas progresistas con representación en el Ayuntamiento son capaces de consensuar un proyecto urbanístico sobre las tres opciones que existen: resignificación, derribo o dejarlo como está.
No fue posible hacerlo en la legislatura 2015-2019, cuando también existía una mayoría municipal favorable a la reforma del edificio, pero al menos dio tiempo para poner en marcha un concurso de ideas para ver qué hacer con el monumento y su entorno urbano.
Ahora vuelve a haber una mayoría progresista al frente del Ayuntamiento, con tres formaciones (EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin) en el equipo de Gobierno más el apoyo externo del PSN (16 votos de 27); y el firme convencimiento de que no pueden dejar escapar la nueva oportunidad que se les ha presentado tras la moción de censura contra Cristina Ibarrola.
Que UPN y PP no están por la labor es sabido desde hace tiempo y ha vuelto a quedar de manifiesto en el Pleno de este jueves, donde se ha debatido una iniciativa presentada por los regionalistas con un único punto: que el edificio no sea derribado, sea cual sea la propuesta urbanística que la mayoría adopte.
La propuesta de UPN, que ha sido derrotada, viene precedida de la reunión que mantuvieron este martes el alcalde Joseba Asiron y la vicepresidenta segunda y consejera Ana Ollo, quien trasladó al Ayuntamiento una propuesta de colaboración del Gobierno de Navarra en torno al futuro del monumento de los Caídos como lugar de memoria, teniendo en cuenta los distintos ámbitos competenciales y de responsabilidad de cada institución.
Lo que se salga de estos contactos ha centrado el debate del Pleno y las intervenciones de los portavoces municipales, comenzando por el regionalista Juan José Echeverría, quien ha reconocido que la iniciativa tenía un carácter preventivo.
El representante de UPN ha destacado el valor del edificio, que calificó “como un hito arquitectónico de gran calidad”, y ha reclamado a los grupos que descarten su demolición. Además, ha asegurado que el monumento ya está resignificado en cuanto a la memoria histórica, y ha hecho varias alusiones a ETA, Puigdemont (Carles) y a la ley de amnistía en vías de tramitación.
Joxe Abaurrea, de EH Bildu, ha lamentado la propuesta por que supone entrar en un falso debate y ha confirmado que el Ayuntamiento volverá a poner en marcha el expediente después del bloqueo de la pasada legislatura. “Será con consenso, con la colaboración del Gobierno de Navarra y la participación ciudadana, incluyendo a los que quieren el derribo”.
El edil abertzale ha asegurado que "ustedes no tienen una concepción arquitectónica del asunto, siguen teniendo nostalgia, y es un problema que arrastra UPN. Caídos representa una situación delicada para la ciudad y necesita un tratamiento delicado", ha sugerido.
El socialista Eloy del Pozo ha criticado el “tono faltón” empleado por el portavoz de UPN y ha rechazado que el monumento a los Caídos haya sido resignificado: “Resignificar no significa derribar. Un proceso de resignificación no es una acción concreta, sino un conjunto de acciones mantenidas en el tiempo y con la participación que desarrollan cambios culturales profundos" ha indicado el representante del PSN visiblemente molesto con la intervención de Echeverría.
Del Pozo ha considerado que el monumento "enaltece unas conductas y acontecimientos propios del pasado y contrarios a los valores que garantizan la convivencia democrática, como el golpe y la dictadura",
Koldo Martínez (Geroa Bai) ha asegurado que el edificio es “una ensalzación del franquismo” y ha reconocido que no existe una postura definitiva en su formación sobre el futuro del edificio: “Debe haber participación ciudadana y una consulta, pero nos parece tan respetable opinar que debe demolerse como que debe resignificarse".
Ha asegurado que "es evidente que el edificio se construyó como homenaje a los muertos del bando nacional que dio lugar al régimen franquista", y ha calificado el edificio como "el monumento de exaltación golpista más vergonzoso de Navarra".
A Echeverría le ha echado en cara haber "insultado, no solo a las víctimas, sino también a los que piensan distinto a usted".
Carlos García Adanero (PP) ha dicho que es necesario modificar el edificio, pero no derribarlo.El portavoz popular ha apuntado que "respeto a quienes quieren que se derribe, pero yo no estoy a favor", y sobre el consenso con el Gobierno de Navarra para el futuro del monumento, le ha dicho a EH Bildu que "hace lo que ustedes quieren que haga, el PSN está a su merced, a no ser que el señor Puigdemont quiera meter mano aquí también".
Txema Mauleón, de Contigo-Zurekin, ha criticado al edil de UPN por no tener en cuenta a las víctimas de las represión franquista y ha considerado que el edificio necesita una resignificación dada su vinculación con los vencedores de la guerra civil. Ha defendido que el edificio "es un homenaje a los asesinos del franquismo" y ha reprochado a UPN la "escasa sensibilidad que demuestran, nula, con las víctimas del franquismo".
"El debate debe hacerse con participación, escuchando a las víctimas y tras ese proceso optar por la mejor opción, tanto desde el punto de vista urbanístico como del de la memoria democrática", ha propuesto Mauleón.
Siete propuestas seleccionadas en el concurso de ideas y bloqueo de UPN
En febrero de 2019, el Ayuntamiento dio a conocer el resultado del concurso de ideas convocado sobre el monumento a los Caídos y su entorno. Se presentaron 47 propuestas, siete de las cuales fueron seleccionadas por un jurado internacional: Pausoz pauso, Metamorfosis, Árbol de la memoria, La casa de todos, Civitas, La puerta del sur y Wu.
Seis de los proyectos elegidos apostaban por mantener el edificio resimbolizándolo, destinándolo en la mayor parte de las propuestas a usos sociales y culturales, mientras que uno (Metamorfosis) emplazaba a su derribo y al mantenimiento de un pequeño espacio para la memoria.
Las elecciones de ese año devolvieron a Enrique Maya a la Alcaldía y el expediente quedó paralizado, mientras los tribunales resolvían varios recursos presentados sobre el procedimiento administrativo seguido en el concurso de ideas. Finalmente, hubo que repetir el proceso de valoración de las 47 propuestas, aunque sin variar el resultado final.
Los seis meses de Cristina Ibarrola en la Alcaldía no alteraron el panorama y la tramitación ha seguido paralizada hasta el momento.
