Activistas del colectivo BDZ han desplegado este martes en una de las torres de la Catedral de Pamplona una larga pancarta para reclamar un alto al fuego inmediato y permanente en la Franja de Gaza y sanciones a Israel. En la lona podía leerse el lema "Israel genocida".
"No permitamos que las instituciones públicas y las empresas colaboren con el genocidio en Palestina. Israel ha asesinado en cinco meses a más de 40.000 personas, la mayoría mujeres y niños y niñas, según el observatorio de los derechos humanos Euromed. En la opinión de la corte internacional de justicia, la instancia judicial más alta del mundo, estas cifras y las repetidas declaraciones públicas de oficiales sionistas indican, de manera verosímil, que Israel está cometiendo un genocidio", ha denunciado la Plataforma BDZ en una nota.
"Aparte de algunas palabras vacías y mociones parlamentarias, nuestras instituciones públicas no han actuado para poner fin a este ataque al derecho humanitario y a la mismísima civilización. El gobierno de Madrid sigue enviando armas a Israel y mantiene relaciones diplomáticas con un estado que - de manera planificada y emulando las peores prácticas de nazismo - masacra y aplasta a personas hambrientas mientras hacen cola para conseguir comida", expresan.
"Silencio atronador de la Iglesia"
"Una larga lista de empresas vascas sigue comerciando con Israel, participando algunas de ellas directamente en la anexión de tierras robadas y ocupadas, como si el Tribunal de La Haya no hubiera hablado y el genocidio del pueblo palestino no estuviera ocurriendo delante de nuestros ojos. La iglesia católica española mantiene un silencio atronador sobre el asesinato de las decenas de miles de personas inocentes en Gaza. No parece conmoverles que entre las víctimas figuren miembros de una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo.
BDZ (Boikot, Desinbertsio eta Zigorrak) ha instado a no permitir que esta colaboración de los poderosos con el genocidio continúe, y ha enfatizado que la acción de hoy en la Catedral de Pamplona "es una señal de alarma". "Las fuerzas cómplices con Israel no podrán contar con nuestro silencio", concluye.
