Españoles: Franco ha vuelto. La Txantrea ha resucitado este sábado al dictador con la parodia Vuelve Patxi/Patxi Bueltan!, acto enmarcado en el 75 aniversario de un barrio que recordó, con diferencias sustanciales, la visita con la que Patxi inauguró las primeras 130 viviendas, levantadas al amparo de su patronato, en diciembre del 52.
Ataviados con trajes de la época y vehículos históricos, han recreado el recorrido de Patxi por las calles y el recibimiento que hubo, que causó gran expectación, al tratarse de la figura más importante de entonces, y hasta pusieron cintas y banderas en las calles.
![[VÍDEOS] Así han recibido los vecinos de la Txantrea a 'Patxi' en el 75 aniversario de la inauguración del barrio](https://estaticosgn-cdn.deia.eus/clip/3a956cb7-1603-4cba-b099-a98c6143af99_16-9-aspect-ratio_default_0.jpg)
El barrio ha retrocedido a los años 50 y ha regalado una escena que bien merece un párrafo de los años 50. Léase con voz de NO-DO y unas trompetas triunfales de fondo: La multitud, ávida y conmovida, se ha arracimado en la plaza del Félix para recibir con vítores a Francisco Franco Bahamonde. Y ante el clamor unánime de un pueblo henchido de sentimiento nacional, el caudillo de España, generalísimo de los ejércitos y jefe del Estado Español, se ha dirigido a los presentes desde el balcón del que fuera Hogar del Benefactor, algo desorientado frente a un “pueblo desordenado, que está infestado por el contubernio judeo-masónico”.
"Veo cambios que acrecientan mi perplejidad"
A Patxi no le gustaba lo que ha visto. “En este recorrido por este otrora humilde barrio veo cambios que acrecientan mi perplejidad. Las placas que conmemoraban la acción de mi patronato han desaparecido. Y los nombres de las calles que homenajeaban mi pensamiento único también. En su lugar, aparecen los nombres de las mujeres que fueron castigadas por malas. ¿Dónde está la placa de Alfonso Beorlegui, insigne militar doblegador de los guipuzcoanos salvajes? ¿Dónde está la de Federico Mayo, ilustre director del instituto nacional de vivienda? ¿Han desaparecido?”.

La réplica le ha llegado al dictador desde el mismo balcón: “Soy el biznieto de quien leyó, obligado por las circunstancias y la necesidad de seguir vivo, el discurso de bienvenida a tu llegada hace tantos años. Estoy aquí para que sepas que este barrio sigue siendo fiel a sus orígenes. Un barrio creado con el esfuerzo de quienes lo habitan, un barrio orgulloso de ello, que sigue peleando por conseguir lo que sus vecinos y vecinas reclaman y que no se calla ni siquiera ante una gorra de plata como la tuya".
"No hay lugar en nuestras calles para imposiciones, y sí para quien quiera vivir en calma, para quien quiera seguir creando Txantrea, para quien necesite que se le eche una mano. Porque el barrio responde a pesar de ti y de aquellas personas que, como tú, han intentado ahogar cualquier expresión popular. Aquí estamos, no recibiéndote sino plantándote cara, y diciéndote con orgullo que seguimos trabajando como lo hicieron nuestros abuelos y abuelas. Porque somos un barrio diverso, luchador y trabajador”.
El público
Entre el público –el de los años 50– se encontraba un grupo de monjas de la congregación de las Salesianas. “Hemos venido con la clase a ver al caudillo. Era un día muy importante. Este hombre hizo muchas cosas muy buenas por nosotros, y venimos a cantarle y a aplaudirle. Estamos muy emocionadas de haber visto al caudillo por fin otra vez”, destacaba una monja del colegio. Bajo el disfraz, de nuevo en 2025, Rosa Nagore ha explicado “que la Txan es la Txan. En el momento en el que convoca a todo el mundo para revivir esto que pasó hace 75 años, nos animamos todos a venir, a pasar un día estupendo, parodiar aquello... Ha sido maravilloso. Somos un pueblico que nos respetamos, nos intentamos ayudar, y participamos en todo lo que sea bonito. Se trata de pasarlo bien... y recordar cosas que no tienen que volver”, ha dicho.
A Mari José López, la Maris, le ha dado “un poco de repelús” todo el tinglado, pero ha reconocido que “la pantomima ha estado bien”. Se ha dejado ver por la plaza vestida de andar por casa. “He venido como salía mi madre Josefa de vez en cuando a la puerta, con los rulos y su bata para hacerle honor, y como se vivía antes. Era estar en la calle como si estuvieras en el pueblo, con la puerta abierta, subíamos, bajábamos... ahora vuelven los hijos con los nietos. La Txantrea ha crecido mucho, pero el núcleo se mantiene”, ha explicado.
Maris vive en la casa que levantó su padre Cristóbal: “Vinieron de Jaén. Trabajan, hacían sus casas a las tardes, sábados, domingos... luego se sorteaban, y a mi padre le tocó la que había hecho”. Hoy en día, la Txantrea “sigue siendo un barrio muy solidario y ameno, con mucha juerga y ganas de pasarlo bien. Lo llevamos dentro porque es lo que hemos manado. La unión y una muy buena relación. Este es un barrio pueblo”.
El vecino Antxon Barbería ha ejercido este sábado de subinspector del ministerio de vivienda “en esta película que hemos montado. Una representación de cuanto estuvo este hombre, pero por supuesto queríamos darle la vuelta, porque este hombre y toda su banda no pintaban nada aquí. Queremos reivindicar lo que han sido estos 75 años de historia; lo que ha sido la vida de la Txantrea, lo que se ha luchado y lo que hemos conseguido”, ha argumentado.
Por su parte, a María Jesús Serrano, Txus, su profesora de teatro le dijo que encajaba en el perfil de Carmen Polo. Y aunque al principio no lo vio claro, al final se animó y ha interpretado a la mujer del dictador con elegancia y una peineta que, de tanto entrar y salir del coche oficial, lucía de aquella manera. “He hecho lo que he podido”. Y ha disfrutado de lo lindo viendo a su barrio participar de la parodia. “Ha sido impactante. Es lo que hay: el barrio, lo que ha sido, lo que es y lo que seguirá siendo toda la vida. Todo el mundo se ha volcado, y a mí eso me emociona”, ha asegurado esta vecina que llegó al barrio hace 52 años, a las últimas casas del patronato. “Llegamos a tiempo”.
Otro Patxi menos ilustre, de apellido Quintana, ha formado parte del séquito que ha acompañado al golpista. “Es una gozada participar en cosas del barrio, porque todo el mundo lo da todo. Aquí nos hemos criado muy juntos todos, peleando por las mismas cosas. Por eso somos una familia”, apuntó.
Finalizado el acto el generalísimo ha desaparecido, el barrio ha seguido con la algarabía y se ha ido a comer opíparamente. Aunque estuviera de régimen.