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Pamplona: Asiron, Ibarrola y otros líos

El alcalde pone en evidencia a la líder de UPN por no rectificar una acusación sobre un acto protocolario en la Catedral

Pamplona: Asiron, Ibarrola y otros líosIban Aguinaga

Desde la moción de censura, la actividad municipal en el Ayuntamiento de Pamplona se desenvuelve por terrenos resbaladizos, en una espiral de ataques y contraataques de destino incierto, con un exceso de carga de tensión en cada pleno o comisión.

Fue que los regionalistas perdieran la Alcaldía de Iruña y entrar en una dinámica de tierra quemada donde vale casi todo con tal de buscar un titular más agresivo que el anterior.

El resultado, cuando todavía quedan 18 meses de legislatura, es que hay un concejal de UPN reprobado en dos ocasiones por usar bulos y mentiras y la líder de la oposición ha sido denunciada por la portavoz socialista Marina Curiel.

Cristina Ibarrola no quiso rectificar aquellas palabras pronunciadas en el Pleno del pasado 3 de julio, cuando acusó a la concejala del PSN de aparecer en los papeles de la UCO (al parecer hay una persona con el mismo apellido investigada en el caso Cerdán), y el resultado es que ha sido acusada por un presunto delito de calumnias.

Una situación igual de comprometida ocurrió en el Pleno celebrado este jueves –en el que se aprobaron expedientes tan relevantes como las ordenanzas fiscales y la contribución urbana, la zona de bajas emisiones o la reforma de los Caídos– cuando la concejala y presidenta de UPN volvió a quedar en evidencia por su forma de entender la acción política.

Fue a cuenta de una iniciativa que su formación presentó sobre el protocolo, básicamente para cuestionar al equipo de Gobierno. Habían transcurrido casi cinco horas de sesión plenaria. Eran casi las diez de la noche y la propia representante de UPN encargada de defender la propuesta, Izaskun Zozaya, tuvo que justificar que se mantuviera el debate pese a la hora tardía (y cuando todavía faltaban otras tres declaraciones por tratarse) al considerar que el asunto era de suma importancia al existir “un acoso y derribo de Pamplona como institución”.

Lejos del mensaje catastrofista sobre el futuro institucional del Ayuntamiento, la edil se limitó a enumerar una serie de actos oficiales donde según los regionalistas no se cumplió el protocolo, citando entre ellos la colocación de un ramo de flores en la tumba de Arturo Campión, la fecha del homenaje a Pablo Sarasate, el lío que se montó en el traslado de la Dolorosa por un chaparrón, los actos del Privilegio de la Unión o el lugar que ocupó el presidente de Osasuna, Luis Sabalza, en la firma del convenio con el Consistorio, o donde estaban situados los representantes de Yamaguchi en un evento institucional.

Poca cosa si el objetivo era denunciar un supuesto derribo a la institución, pero lo que no entraba en los planes de los regionalistas era que la estrategia se le volviera en contra, porque dio la oportunidad a los portavoces municipales de recordar algunos episodios vividos en los seis meses que estuvo Cristina Ibarrola al frente de la Alcaldía.

Debate en el Pleno

El socialista Eloy del Pozo recordó cómo le dejaron sin taxi tras un acto oficial y acuso a UPN de mantener entonces un protocolo al servicio de la alcaldesa. “Es lo que hacían con toda la jeta y ahora vienen con estas”, comentó el concejal del PSN visiblemente contrariado.

En la misma línea, Mikel Armendáriz, portavoz de Geroa Bai, mencionó haber acudido a una entrega de premios por un concurso de fotografía, pero que se quedó sin poder entregar ninguno porque la entonces alcaldesa había entregado 4 premios.

Maider Beloki, de EH, aludió unos cuantos eventos que protagonizó Ibarrola en su fugaz mandato sin haber tenido en cuenta a los grupos de la oposición y la acusó de haber utilizado el servicio de protocolo municipal para su lucimiento personal.

Sin embargo, el verdadero momento comprometedor para la líder regionalista ocurrió al final del debate, cuando el alcalde Asiron decidió intervenir para puntualizar uno de los episodios citados por la edil de UPN en su relación de agravios.

Resulta que durante los actos del Privilegio de la Unión celebrados el año pasado no se celebró el tradicional responso que se realiza en la Catedral frente a la tumba del rey Carlos III, una omisión que Ibarrola imputó públicamente a una decisión del equipo de Gobierno.

Carta de disculpa al alcalde

La realidad es que no fue así. Con todo lujo de detalles, dando fechas y horas exactas de los mensaje cruzados en el WhatsApp que mantienen los portavoces municipales, explicó las conversaciones que mantuvieron los responsables municipales de protocolo y los del Cabildo antes del acto, donde quedó de manifiesto que el Ayuntamiento propuso al Cabildo mantener el mismo protocolo de años anteriores, incluido el responso y la ofrenda floral, y que la respuesta por parte de los responsables de la Catedral fue que así iba a ocurrir.

Sin embargo, el responso no llegó a celebrarse y ante el revuelo montado por las acusaciones de la portavoz de UPN, el Cabildo envió al día siguiente una carta de disculpa al alcalde, reconociendo que el Ayuntamiento no había tenido nada que ver en la supresión de la citada plegaria.

Aunque la nota del Cabildo Catedralicio también fue remitida a todos los grupos municipales, Ibarrola no rectificó su acusación ni tampoco, como enfatizó Asiron en el Pleno de la semana pasada, avisó a su compañera de la existencia de esa carta que exculpaba al Ayuntamiento. “Esta carta la tenía Ibarrola, otra cosa es que no se lo dijera a Izaskun Zozaya, que ha metido la pata hasta el corvejón, ni tuvo la gallardía de disculparse al menos de forma privada por lo que había denigrado públicamente”.