Miren Zabaleta (Pamplona-Iruña, 1981) tiene motivos para la alegría, si bien la refrena con cierta timidez. Al valorar la noticia política de la semana muestra una satisfacción contenida, acorde con la prudencia y el pragmatismo del que hace gala su formación y el propio Joseba Asiron, nuevo alcalde de la capital. Zabaleta defiende la solidez y viabilidad de los acuerdos alcanzados en Pamplona entre EH Bildu y PSN-PSOE, y entre las fuerzas del nuevo Gobierno municipal: EH Bildu, Geroa Bai y Contigo-Zurekin.

¿Qué sensaciones tuvo el día 28?

–Mucha alegría y satisfacción. Fue un sentimiento de mucha gente, porque Joseba Asiron vuelve a ser alcalde y porque lo acontecido fue posible por un acuerdo entre todas las fuerzas progresistas. Eso muestra un camino de futuro para Pamplona.

¿Cómo se ha llegado a esto?

–Porque la sociedad navarra y pamplonesa están cambiando, y cada vez tienen mayor apoyo las fuerzas progresistas. En el caso de Iruña 16 concejales frente a los 11 de la derecha. La gente demanda con más fuerza y ahínco que esas fuerzas progresistas sean capaces de llegar a acuerdos. Desde 2015 diferentes fuerzas hemos sido capaces de ir haciéndolo. A partir de 2019 Euskal Herria Bildu posibilitó una alternativa de Gobierno frente a la derecha en Navarra y en el Estado. Lo acontecido el jueves hay que entenderlo en ese camino, que ha posibilitado acabar con una anomalía y dar paso a mayorías progresistas. Ha sido posible porque hay un apoyo social importante y ha habido un camino que se está desarrollando.

“La investidura de Sánchez temporalmente ha tenido importancia en la moción, pero ni eso ni la salida de Elma Saiz han sido determinantes”

¿Esperaba esto del PSN en septiembre, más pronto que tarde?

–No sabíamos cuándo sería posible o si sería posible. Era una hipótesis en la que por nuestra parte tratamos de trabajar desde el 17 de junio. Hubo un diagnóstico de la ciudad a principios de curso, y tras la investidura de Sánchez se abrió un diálogo para, desde ese diagnóstico, tratar de acordar este cambio en Pamplona.

¿Qué fue más relevante para el giro, la investidura de Sánchez o el ministerio de Elma Saiz?

–Probablemente ninguna de las dos. La investidura de Sánchez temporalmente ha tenido importancia, pero ni eso ni la salida de Elma Saiz han sido determinantes.

Tras ser investido Sánchez, el diálogo fue fructificando. Es fácil deducir una causa efecto.

–No, lo que hay es una secuencia temporal. Respetamos y entendemos que la investidura tenía sus tiempos y que hasta después de ella, no estábamos en condiciones de tratar un acuerdo.

Ustedes hablan de ‘paciencia estratégica’. ¿Es aplicable en este tema?

–El camino se hace al andar. Lo estamos haciendo, en Navarra y en el Estado. El paso dado en Pamplona es histórico, y se encuadra en ese camino. Andando avanzamos, se generan nuevas condiciones para dar nuevos pasos, y en eso estamos, para mejorar el futuro de Navarra, con acuerdo y respeto entre diferentes.

Usted se reunió con Ramón Alzórriz para ir articulando un acuerdo.

–Para ver si a partir del diagnóstico conjunto que hacíamos de la ciudad, era posible alcanzar una alternativa. Así se fraguó entre ambos el entendimiento. Creo que había convicción política de que era bueno y posible para las gentes de Pamplona salir de la situación en la que nos encontrábamos, y en eso trabajamos.

¿Se han dejado pelos en la gatera con al ley de símbolos o en cuanto a memoria, justicia y reparación? ¿Se sienten cómodos con lo firmado?

Es un buen acuerdo. Nos va a permitir avanzar desde el diálogo, sabiendo que PSN y EH Bildu tenemos dos proyectos políticos diferentes. Con respecto al euskera, ley de símbolos y memoria nos da opciones de avanzar, mucho más, evidentemente, que con la situación de bloqueo y parálisis en la que se encontraba Pamplona de la mano de UPN. El acuerdo tiene un valor político que trasciende a Iruña, aunque sea por y para Pamplona.

“El acuerdo en Pamplona cimenta un camino de futuro, con unas mayorías que no responden solo a un momento electoral”

¿En qué sentido?

–Cimenta un camino de futuro, con políticas que van a poner en el centro las necesidades de las personas, y unas mayorías que podrían ser estables, y que no responden solo a un momento electoral. Ese camino está llamado a liderar el futuro de Pamplona y Navarra.

Comparado con 2015, ahora parece más complejos impulsar avances sensibles en materia lingüística, por ejemplo.

–Sí, pero esa complejidad es la que define a la sociedad navarra, y entendemos que eso también es un valor. Los pasos que se pueden dar son más sólidos con mayorías más amplias que las de 2015 a 2019. El intento permanente de acuerdo y de respeto va a posibilitar avanzar.

¿Bildu está más cómoda con el PSN fuera del Gobierno municipal?

–Ha sido una decisión del PSN, que respetamos. En EH Bildu creemos que los gobiernos plurales de amplio espectro son capaces de responder mejor a la ciudadanía. La mano ha estado tendida, también por boca de Joseba Asiron desde el momento en que presentamos la moción de censura, para si así lo quisiera el PSN, en cualquier momento poder plantear esa opción, porque nuestro objetivo es dotar de estabilidad y perspectiva este camino cargado de futuro.

El 6 de julio no será problemático políticamente, según lo aprobado.

–Entendemos que no. En términos institucionales como Ayuntamiento se va a respetar la ley de símbolos, cosa que se hace en todos los consistorios de Navarra, también los gobernados por EH Bildu. Nos comprometemos a cumplir esa ley como no podría ser de otra manera. Otra cuestión es que a EH Bildu le gustaría cambiarla si algún día tuviéramos mayoría para ello, y entendemos que hay diferentes sensibilidades sociales.

Marina Curiel, portavoz municipal del PSN-PSOE, ha dicho que a ustedes les falta dar pasos por dar.

–Estamos desarrollando un camino de entendimiento. Hemos recogido un compromiso explícito, que hemos mostrado en diferentes momentos, de respeto y reconocimiento hacia las víctimas generadas por ETA y también hacia las de motivación política. Y vamos a trabajar en eso, para que sea una realidad de convivencia que se vaya cimentando.

¿Y al Partido Socialista le falta dar pasos en otros sentidos?

–Creo que no es momento de entrar a decir qué le falta a cada uno por hacer o no, se trata de hacer un camino de respeto, de consenso, y de convivencia democrática, día a día.

Alzórriz dijo que les están llevando al marco constitucional.

–En el acuerdo entre el PSN y EH Bildu no aparece ninguna referencia a la Constitución española. En el Estado español no se puede hablar ya de constitucionalismo como un tótem con una única interpretación. Aquello que hemos llamado el régimen del 78 se encuentra en una encrucijada, y o nos lleva a un retroceso centralista y autoritario, que es el proyecto que tienen las derechas en el Estado, o nos lleva a otra visión aperturista de mayor calado social que incluya el reconocimiento de las naciones que estamos dentro.

“Joseba Asiron es una persona cercana, creíble, con convicciones éticas y políticas muy potentes, y un valor muy importante para EH Bildu”

El jueves contrastó el tono de Asiron con el de Ibarrola, que cerró su rueda de prensa con unas palabras que aunque luego quiso aclarar, se le volvieron muy en contra.

–Se vio el camino de futuro, entre diferentes, que busca la convivencia y la no crispación, y avanzar en lo que le importa a la gente. También a una derecha enfadada, autoaislada, que sigue considerando que las instituciones, en este caso el Ayuntamiento de Pamplona, le pertenecen. Trataron de buscar la crispación dentro y fuera del Consistorio, y no lo consiguieron. Primó la alegría por que Joseba fuera otra vez alcalde y por esos acuerdos, porque respondían a una demanda social.

Asiron tiene tirón pesonal.

–Sí, es una persona cercana, creíble, con convicciones éticas y políticas muy potentes, y por eso es un valor muy importante para Euskal Herria Bildu, y así se lo manifestamos.

Hablaba de respeto y de la voluntad de abrir camino. ¿No hubiese sido más fácil prescindiendo de gente con pasado, como Joxe Abaurrea? Para visibilizar un tiempo nuevo y un reseteo respecto al pasado.

–Pero es que no se trata de resetear, sino de ir aglutinando a cuantos más sectores y personas mejor.

Por eso.

–Se trata de ir sumando, no de ir restando, consideramos que Euskal Herria Bildu está demostrando una solidez muy importante a ese respecto, con capacidad de responder a lo que le pide la ciudadanía, y estamos en un muy buen momento en ese sentido, e ir construyendo nuevas culturas políticas que permitan seguir avanzando en este camino.

Su nombramiento como coordinadora en 2021 coincidió con el de Peio Otxandiano como director de Programa en Hegoalde. ¿Qué impresión le merece el ahora elegido cabeza de cartel a las elecciones en la CAV?

–Que es un gran candidato para lehendakari en los tres territorios, que el proyecto está fuerte, que salimos a ganar, vamos a tratar de hacerlo. Y a partir de ahí, intentaremos como lo estamos haciendo aquí, en Navarra, y también en Pamplona de construir los gobiernos de mayor amplio espectro que se pueda, para responder a las necesidades de la ciudadanía.

Desde el PSOE se dice que lo que ha pasado en Pamplona no es extrapolable a otros ayuntamientos y menos al Gobierno Vasco.

–Ante eso decimos que si es posible aquí, ¿por qué no va a ser posible allí?

El PNV es un aliado estratégico importante del Partido Socialista. UPN no.

–Bien, nosotros solo lanzamos una pregunta. Si es posible aquí, y es bueno aquí, para las gentes que vivimos en Navarra, ¿por qué no va a ser bueno allí? Tenemos retos como sociedad a los que hay que responder con la mayor solidez posible.