No hay, al menos por ahora, debate ideológico en el seno de UPN. El proceso congresual se ha limitado hasta el momento a una negociación entre Cristina Ibarrola y Alejandro Toquero para definir la nueva dirección del partido.

Y aunque el acuerdo está ya cerrado –Ibarrola será la presidenta, Toquero vicepresidente y afines a ambos coparán la ejecutiva–, las cuestiones clave para el futuro del partido han quedado aparcadas en favor de la imagen de unidad y cohesión interna que los nuevos dirigentes quieren exhibir en la cita del 28 de abril.

La reflexión en torno a la estrategia política que debe seguir el partido ha quedado relegada. A un mes del congreso, y con la nueva dirección prácticamente definitiva –es posible que ni siquiera se llegue a votar si no hay otra candidatura alternativa– poco o nada se ha dicho sobre cuál debe ser el camino a seguir en el futuro.

De esta forma, decisiones como la relación futura con el PP –si se recupera o no la alianza histórica con la derecha española, rota en el último ciclo electoral–, la disposición a llegar a acuerdos con el Gobierno de Navarra y sus dos principales socios –PSN y Geroa Bai– o la relación del partido con el euskera y su normalización quedan para la ejecutiva que salga del congreso.

¿Qué hará UPN en las elecciones europeas? Es una incógnita

De hecho, a dos meses y medio de las elecciones europeas el partido todavía no sabe cómo va a concurrir, ni si lo va a hacer.

Entra dentro de lo habitual que un partido deje a su nueva dirección la línea estratégica para el futuro. Sin embargo, eludir el debate supone también seguir aplazando decisiones que el propio partido hace tiempo asume que tiene pendientes. Con el riesgo añadido de reabrir las grietas que ahora se han tratado de evitar con la lista unitaria.

La ponencia política que se votará en el congreso pasa sin embargo de puntillas por todos los asuntos espinosos. El documento que fija la línea ideológica del partido, al que apenas se han presentado enmiendas, se limita a presentar UPN como un partido “foralista y moderado” que se define en contraposición “a los independentismos, populismos, nacionalismos y opciones radicales e intransigentes con el marco de la Constitución”.

Y que si no está en el poder es por “la inexplicable unión” del PSN con esas mismas fuerzas. 

Respecto a la pluralidad y la diversidad de Navarra, UPN afirma que “el futuro pasa por integrar norte y sur, lo vasco y lo no vasco, pero todos en Navarra”.

De la ponencia política a los pactos

“Es algo que los navarros tenemos que negociar con nosotros mismos y UPN es el maestro de ceremonias de este acuerdo en el que sólo dos cosas son innegociables: no somos Euskadi y defendemos a las víctimas de ETA”, señala. 

Poco avanza, más allá de su tradicional base ideológica, en lo que debe ser su política de alianza. Evita concretar sus pactos con el PP y se limita a abrir los acuerdos a todos aquellos que no sean EH Bildu.

“A partir de ello, negociaremos con el resto de partidos todas las cuestiones que sean de interés para Navarra”, subraya UPN, que rechaza ser “un partido bisagra”. 

La ponencia política defiende así que son “el partido regional más importante de España” y apuesta por hacer valer sus votos en el “marco irrespirable” en el que se ha convertido la política española.

"Va a ser imprescindible llegar a acuerdos en los que cada escaño es un tesoro. Y esta es una gran oportunidad, aunque difícil, para UPN"

UPN - Documentos políticos para el Congreso

“Va a ser imprescindible llegar a acuerdos en los que cada escaño es un tesoro. Y esta es una gran oportunidad, aunque difícil, para UPN”, asumen los regionalistas, que reniegan de Navarra Suma y descartan repetir una operación similar. “Nuestra reciente experiencia ha puesto de manifiesto en las pasadas elecciones que la utilización de nuestras siglas de UPN, para nosotros, es un valor a preservar”, concluye el documento.