El maestro y sociólogo Manuel Monge (Laguna de Duero-Valladolid, 1947), exconcejal del BNG en A Coruña, de 2003 a 2007, es autor de múltiples ensayos. El último se titula Feijóo. La cara oculta de un farsante ((Laiovento, 2024) actualización de una primera edición en galego publicada en 2023. El próximo 30 de mayo, a las 19 horas, presentará la nueva versión en Pamplona, en Katakrak. Incluye un apartado a sus “amistades peligrosas”, una enmienda a su rol de gestor, o una crítica al “control” de los medios de comunicación en Galicia, pero también un repaso extenso a lo sucedido a partir de las municipales del 28 de mayo del 23.  

Crítica frontalmente a Feijóo, desde el título de su libro. 

–Los últimos meses corroboran totalmente ese título. Estamos ante un farsante. Mentiroso, hipócrita... un trolero. Marxista convencido, de Groucho Marx: estos son mis principios, y si no le gustan tengo otros. Anda así por la vida, y parece que funciona.  

No es entonces un dubitativo que no se termina de adaptar al ecosistema político de Madrid. 

–Para conocerle es ilustrativo lo que hizo en Galicia. Fueron muchos años de mandato. Le gusta privatizar lo público. Por ejemplo, había unas cajas de ahorros potentísimas, y las regaló a un banco venezolano, Abanca. Por mil millones de euros, un regaliño. Este banco tuvo ya el primer año 1.300 millones de beneficio; amortizó la compra.

Feijóo proyectaba aureola de moderado, oratoria nada estridente, y éxito electoral con cierto galleguismo.

–Sí, se le promocionó como una persona moderada y buen gestor. Este hombre no tiene vergüenza. ¿Cómo se puede hablar del ‘pufo’ de la deuda de España? Tras el Gobierno del PSdeG y el BNG, la deuda de Galicia era de 4.000 millones de euros, y cuando Feijóo se marchó superaba los 12.000 millones. La multiplicó por tres. Y después están las relaciones que tuvo con gente muy sospechosa. Como Marcial Dorado.

“Para conocer a A Feijóo es ilustrativo lo que hizo en Galicia. Fueron muchos años de mandato. Le gusta privatizar lo público”

Algo tendrá Feijóo para haber cosechado ese éxito electoral en Galicia.

–Fundamentalmente porque el PP en Galicia es un partido socialmente muy estructurado, lo que le permite llegar hasta el último rincón en las campañas electorales. Es una agencia de colocación. Esa política clientelar da sus frutos, funciona como un reloj, pero electoralmente tampoco arrasa. De los 20 ayuntamientos más importantes de Galicia, el Partido Popular gobierna en tres o cuatro.

A día de hoy, seguimos hablando de delfines de Fraga. Feijóo lideró el partido más votado el 23J.  

–Una cosa es ganar las elecciones, tener votos, y otra cambiar las cosas. A veces se confunde. El Partido Socialista, lamentablemente ha estado y está muy centrado en ganar los comicios, pero es bastante timorato, y la gente empieza a percibirlo. Esto ayuda también al ascenso de la derecha. 

Feijóo cometió un error inicial palmario ante Milei. Por no contradecirle dejó al PSOE en posición cómoda ante las elecciones europeas.

–Ese intento de desmarcarse de Vox en la práctica no se percibe. El congreso fundacional de Alianza Popular, en marzo de 1977, fue la raíz original del personal de PP y Vox, promovido por exministros de Franco, presidido por Fraga. ¿Cómo acabó? Recuerdo la portada de Diario 16: “Gritos de Franco, Franco! de 3.000 fervorosos congresistas”. Eso explica todo. Por ejemplo, la elaboración de lo que llaman leyes ‘de concordia’. Para Feijóo, 1936 fue una pelea entre abuelos. Es un blanqueo de la dictadura, y de ahí esas coincidencias. A Meloni también le blanquea porque le interesa, por ejemplo para mantener la relación con Vox.

“Para parar a la derecha es fundamental tomar medidas a nivel económico, acabar con la ‘ley mordaza’, y abordar la estructuración del Estado”

En Catalunya, la amnistía ha sido validada y el PSC ha cosechado un éxito. ¿Se ha debilitado la posición de Feijóo, o le han allanado entendimientos futuros?

–El PP no puede recurrir al tema de ETA, que ya no existe, y la amnistía está ultimada. Ahora dicen que el ‘procés’ continúa. No hay perspectiva a corto plazo de que Feijóo y el PP puedan llegar a gobernar en el Estado, porque no van a contar de momento con el apoyo de los partidos nacionalistas. A futuro creo que se puede dar un desgaste de las formaciones progresistas si no acometen las reformas pendientes. Hablan de regeneración democrática, y ese es el tema fundamental. Para parar a la derecha, y que no gobierne, hay que aprobar la amnistía, poner las bases para que no se repita la represión a los independentistas en Catalunya, y fundamentalmente tomar medidas a nivel económico, acabar con la ‘ley mordaza’, abordar definitivamente la estructuración del Estado... En Suresnes, cuando estaba acabando la dictadura, el PSOE se pronunció claramente por la autodeterminación como alternativa única para resolver el problema nacional. Si el PSOE no resuelve esos temas va a perder los apoyos que tiene.

¿Ayuso está interfiriendo en el objetivo de Feijóo?

–Feijóo, entre otras habilidades, sabe colocarse en el sitio y el momento preciso. Eso le permite hoy llevarse muy bien con ella, pero si mañana ve que eso es un obstáculo, la decapitará sin ningún problema. 

Esa suerte de alianza le dio mucho poder a Ayuso.

–Feijóo controla el apoyo de los barones. Ayuso está planteando referencias a Trump y a Milei. Al PP eso no le renta mucho. Si Ayuso continúa en esa línea, que parece que va a hacerlo, Feijóo se irá desprendiendo de ella, para que siga en Madrid, pero no se meta en más líos. Si Feijóo quiere aspirar a algo, en un momento determinado tendrá que desprenderse de Ayuso para poder seguir dirigiendo el PP, y, poder aspirar a ser presidente del Gobierno. No tengo ninguna perspectiva de que Ayuso pueda optar a ser una alternativa como presidenta del Partido Popular, y mucho menos a nivel electoral. Tiene su clientela, por así decirlo, en Madrid, pero no es una persona que pueda captar voto fuera de ahí.