El líder de Vox, Santiago Abascal, hizo ayer un llamamiento a los líderes de la ultraderecha europea integrados en Patriots para avanzar en la “reconquista” y aprovechar la “oportunidad que dan los tiempos presentes” tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. “Vamos a ser protagonistas de una victoria histórica y la herramienta para una victoria histórica de las ideas de la libertad y de la soberanía. Adelante patriotas de Europa, sin miedo a nada ni a nadie”, arengó a los líderes de los partidos de extrema derecha asistentes a la cumbre de Patriots celebrada en Madrid, que Abascal aprovechó para aparcar la crisis interna en su formación con la salida de dirigentes destacados, el último de ellos el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, el polémico Juan García-Gallardo.

El líder de Vox rememoró la Reconquista frente al dominio musulmán, que concluyó con la Toma de Granada en 1492, y prometió que el Estado español volverá a ser “el muro de Europa ante el avance del islamismo”. “Fuimos el muro de Europa ante el avance del islamismo y estamos dispuestos a volver a hacerlo”, garantizó en un acto en el que participaron el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, la francesa Marine Le Pen y el italiano Matteo Salvini, ante un auditorio de 2.000 personas y un numeroso despliegue de medios internacionales. Por el gran escenario azul fueron pasando los diferentes líderes de Patriots, tercera fuerza política del Parlamento Europeo, que quisieron que la cumbre la abriera un vídeo de la líder opositora venezolana María Corina Machado, quien reclamó de nuevo apoyo internacional para “sacar al régimen” de Nicolás Maduro del poder y agradeció el apoyo del partido ultraderechista. Tras su intervención, irrumpió una activista que, con el torso desnudo sobre el que llevaba escrito -en inglés- “hacer Europa antifascista otra vez”, gritó “ni un paso atrás” mientras los servicios de seguridad la desalojaban por la fuerza del recinto.

Tras el “tornado Trump”, la ultraderecha europea no es el pasado sino “el futuro”, defendió por su parte Orban, quien calificó a Abascal como el “torero más valiente” que jamás ha visto. “Oye, Santi, vamos a lidiar juntos con este toro enfurecido”, dijo en su discurso, asegurando que “es tiempo” de que Vox llegue al Gobierno en en el Estado español. Además, cargó contra la política comunitaria europea: “Por culpa de Bruselas, la economía europea se está hundiendo”. Igualmente, avaló las políticas contra la migración y la diversidad de género que aplica en su país -y que han supuesto sanciones internacionales- y presumió de que la ultraderecha lleva “15 años construyendo una Hungría libre conservadora y cristiana”.

Milei obvió a Sánchez

Algunos de los oradores se acordaron de Pedro Sánchez durante sus intervenciones. Es el caso de Salvini y del líder del portugués Chega, André Ventura. “Bye, bye, Sánchez”, soltó el primero, mientras que el segundo destacó que el jefe del Ejecutivo español “está más cerca de la cárcel” por los presuntos casos de corrupción que afectan a su Gobierno, al PSOE y a su entorno íntimo. Mientras, el presidente de Argentina, Javier Milei, grabó un vídeo para saludar y mandar su apoyo a Patriots, pero no mencionó a Sánchez, después de que su intervención en el acto de Vox Europa Viva 24, cuando llamó “corrupta” a Begoña Gómez, propiciara una crisis diplomática entre Buenos Aires y Madrid. Este acto tuvo su respuesta por parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez. La ministra portavoz Pilar Alegría lamentó que la oposición de PP y Vox esté abonada “al ruido, el bulo y la crispación como pollos sin cabeza” y que hablen de podar servicios públicos.