El que un día fue el emblemático edificio de la Super Ser, en Pamplona, acoge el aún desconocido Archivo Contemporáneo de Navarra. Un gran repositorio que dirige Maite Sola Landa (Pamplona, 1966), su responsable desde 2019. Poniendo todas sus cajas y materiales en línea recta el Archivo alcanzaría nada más y nada menos que 46 kilómetros de documentación, básicamente de la administración generada por el Gobierno de Navarra desde 1984. La anterior, la documentación administrativa que generó la Diputación desde 1834 hasta 1983, se transfirió hace dos décadas al Archivo General, excepto la documentación referida a la ‘inclusa’, que “llegó a través del Departamento de Políticas Sociales hace años”, explica Sola. Este fondo específico engloba desde 1710 hasta 1985. También se conserva información de las antiguas delegaciones provinciales de la administración periférica del Estado, como Educación.
EN PAPEL Y EN DIGITAL
Respecto al Gobierno de Navarra, se guarda documentación referida a la elaboración de leyes, expedientes contables de todos los departamentos, becas... Según cuenta Sola, el único presidente que ha dejado su documentación personal en el Archivo es Juan Cruz Alli. “Ahora se va reformar la ley con el fin de que todos los cargos del Gobierno dejen la documentación”. También se encuentran fondos de Tomás Caballero o Víctor Manuel Arbeloa, y entrevistas a Javier Otano o Javier Erice, el exalcalde de Pamplona fallecido en 2024. Además, se pueden encontrar fondos de Batzarre, Aralar, CDN o Comisiones Obreras. Y de donantes particulares que entregaron materiales diversos, como Álvaro Baraibar, profesor de la UPNA, cuya donación básicamente incluía revistas y boletines de la Transición.
A este Archivo le corresponde igualmente la conservación de documentación digital. Por ello está inmerso en un proceso de implantación de una plataforma integral, para gestionar la documentación que genera el Gobierno de Navarra. También la electrónica, que debe mantenerse en el tiempo y ser accesible, independientemente de los cambios tecnológicos, para que el pdf de hoy pueda ser también visible a futuro. Un reto por el que trabaja intensamente la plantilla, que en el último año digitalizó 176.364 imágenes.
DONACIONES
”En 2018 se inició un programa de fondos contemporáneos y del presente de Navarra”. La idea es “captar documentación privada, de empresas, sindicatos, partidos políticos o asociaciones de todo tipo”, que sean de interés para la historia de Navarra, con el fin de conservarla y de hacerla accesible al público en general.
De momento se contabilizan más de 60 fondos particulares, y el boca oreja ha hecho que el año pasado sea uno de los que más documentación donada ha llegado. Material que de otra manera podría acabar en un contenedor, especialmente cuando fallecen sus propietarios.
En el Archivo, prosigue Maite Sola, se comprometen a hacerlo accesible al público para su estudio por parte de investigadores cada vez más interesados en “temas más recientes”, por ejemplo cartelería de colectivos feministas, asociaciones de vecinos, temas de terrorismo... que se estudian para trabajos de fin de grado, o investigaciones de todo tipo. Incluso se archiva información útil para comunidades de vecinos, como el histórico de obras realizadas, por ejemplo, ante las inspecciones de Industria. “Estamos al servicio de la ciudadanía”, concluye Sola.
Para toda esa demanda existe una sala de consultas; se dan alrededor de 4.500 al año, la mayoría de la propia Administración, pero también con parte importante de visitas externas. A ello se añaden las visitas guiadas, básicamente para asociaciones de jubilados y colegios que acuden a un edificio que además de albergar el Archivo Contemporáneo, acoge el fondo de Salud y el de Patrimonio Histórico, donde estuvo custodiada temporalmente la Mano de Irulegi. Todo ello conforma un gigantesco espacio que quiere seguir engrosando sus fondos.
El fondo de huérfanos y adopciones en Navarra, entre lo más consultado
Ofrece documentación de 1710 a 1985, y despierta especial interés en personas que buscan a sus ancestros
El fondo de documentación de la denominada ‘inclusa’ es uno de los que más se consulta. La inclusa fue la institución encargada de acoger, durante su niñez, a las personas huérfanas o de extrema pobreza en Navarra y alrededores. El archivo recoge tanto a los niños y niñas adoptados como los que se quedaron en orfanatos. Dicho fondo “tiene muchísimas consultas por el derecho a saber quién es la madre biológica, comenta Maite Sola. “Generalmente eran hijos de madres solteras o abandonados”. La inclusa la conformaban bebés nacidos en Maternidad, dependiente de Diputación, o niños abandonados en conventos o pueblos.
“Nosotros ofrecemos la documentación, no investigamos, la ponemos a disposición de acuerdo con la legislación vigente”, apunta Sola, que explica que en las consultas “abundan mucho más los que vienen a buscar sus ancestros que al revés”. Cuenta que en los ficheros se ha hecho una mejora descriptiva y de las historias clínicas de Maternidad cuando empezaron las solicitudes de información de niños robados. “La gente que llega con este tema viene a través de una asociación de niños robados , muchas veces acuden asesorados aquí o al Registro Civil para seguir adelante con este proceso”. En el Archivo, aclara, no realizan intermediación, Normalmente los familiares biológicos interesados “hacen la petición a través de Derechos Sociales”, que cataliza la información, pero si la voluntad es conocerlos en persona se ocupan los trabajadores de Derechos Sociales”, que tratan de localizar al individuo deseado desde el propio Departamento.