El Gobierno de Navarra ha oficializado este viernes la condición de víctimas de 21 personas torturadas a manos de funcionarios del Estado y grupo de extrema derecha, en virtud de la Ley Foral 16/2019. Estos reconocimientos fueron otorgados por la Comisión de Reconocimiento y Reparación. Con estas resoluciones son 76 las personas reconocidas como víctimas en el marco de esta ley foral hasta el momento, habiéndose registrado un total de 170 solicitudes.
Desde la organización EGIAREN GARAIA DA. Memoria inclusiva para Nafarroa valoran positivamente estos nuevos reconocimientos, considerándolos grandes pasos hacia la construcción de un marco de convivencia en Navarra que se comprometa con la verdad y la justicia para todas las víctimas del Estado, sin exclusiones. Además, señalan que estos casos ayudan a esclarecer lo ocurrido durante seis décadas de violencia política, tanto por parte del Estado como de grupos de extrema derecha.
La organización subraya que estos reconocimientos vuelven a evidenciar la cruda realidad de la tortura en Navarra, una problemática que debe ser abordada con responsabilidad por las instituciones públicas. En este sentido, instan al Gobierno de Navarra a avanzar en la asunción de responsabilidades, proponiendo que el 26 de junio, Día Internacional de Apoyo a las Víctimas de la Tortura proclamado por la ONU, sea una fecha propicia para ello.
Los 21 casos no representan más que una pequeña muestra de la magnitud de la tortura en Navarra y Euskal Herria. La evidencia acumulada por la Comisión demuestra que la tortura fue aplicada de manera sistemática en la región, en un contexto en el que diferentes agentes negaron y ocultaron estos hechos. Desde EGIAREN GARAIA DA insisten en la necesidad de abordar esta realidad, no solo desde la denuncia, sino también explicando las razones políticas que posibilitaron estas prácticas, como un paso fundamental para erradicarlas.
Asimismo, recuerdan que estas víctimas no son números, sino personas, muchas de ellas acompañadas por familiares y amigos que han sufrido en silencio durante décadas. La magnitud, densidad e intensidad de la tortura aún no se conocen en su totalidad, y es urgente abordar esta problemática para comprender su alcance real.
Las víctimas reconocidas en estos casos fueron torturadas en diferentes periodos, desde la década de los ochenta hasta 2011, abarcando varias décadas y todos los lustros de los años 80, 90 y principios del siglo XXI. Todas ellas fueron torturadas tras la muerte de Franco, hace ya 50 años, en un período en el que, según denuncian, existió una estructura preparada para facilitar estas prácticas, protegida por el “estado de derecho”. Estos reconocimientos evidencian que la tortura fue aplicada bajo la protección legal del Estado, una realidad que aún sigue sin conocerse en su totalidad y que continúa revictimizando a quienes la sufrieron.
Este paso en el reconocimiento oficial marca un hito en la lucha por la memoria, la verdad y la justicia en Navarra, y pone sobre la mesa la necesidad de seguir investigando y enfrentando esta oscura parte de nuestra historia.
LISTA DE PERSONAS TORTURADAS
Los hermanos Santi y Juanjo Agirre Galartza, los cuales sufrieron torturas dos veces cada uno (en febrero y octubre) por parte de la Policía Nacional Española en 1980, y otra más por parte de la Guardia Civil en 1980 y 1981 respectivamente.
Santiago Sáez Maimón, torturado por la Guardia Civil en 1981.
Manuel Azkagorta Agirre, torturado por la Policía Nacional Española en 1981 y 1984.
Jaime Azcona Garriz, torturado por la Policía Nacional Española en 1982.
Metxe Gonzalez Portillo, torturada en 1983 por la Policía Nacional Española.
Juan José Carrascosa Martínez de San Vicente, torturado por la Policía Nacional Española en 1984.
Elia Lara Martos, torturada en dos ocasiones por la Policía Nacional Española en 1984 y 1987.
Pernando Barrena Arza, torturado por la Policía Nacional Española en 1985.
Elena Urabayen Albizu, torturada en dos ocasiones, en 1987 por la Guardia Civil y en 1990 por la Policía Nacional Española.
Aitor Díez Aldama, torturado en tres ocasiones por tres cuerpos policiales de diferente signo: 1990, Guardia Civil. 1995, Ertzaintza. 1997, Policia Nacional Española.
Iban Verdugo Marcotegui, torturado en 1997 por la Guardia Civil.
Miguel Ángel Llamas Montoya, torturado en 1999 por la Guardia Civil.
Aiora Epelde Agirre, torturada en dos ocasiones: 2001 y 2003, Policía Nacional Española.
Xabi Flores Bengoetxea, torturado en 2005 por la Policía Nacional Española.
Maider Caminos Miranda, torturada en 2008 por la Guardia Civil.
Iker Araguas Jusué, Mikel Marin Irurozki, torturados por la Policía Nacional Española en 2008.
Egoi Irisarri Alzueta, Eneko Villegas Amezketa, torturados por la Policía Nacional Española en 2010.
Xabier Beortegui Martínez, torturado en 2011 por la Guardia Civil.
Para cerrar, desde EGIAREN GARAIA DA y la Red de Personas Torturadas, se hace un llamado a seguir dando visibilidad a la violencia ejercida por el Estado en Navarra durante décadas. Hasta la fecha, se han reconocido oficialmente 76 víctimas de violencia política en el marco de la Ley Foral 16/2019, tras haber registrado un total de 170 solicitudes.
Los datos disponibles, recopilados por estas organizaciones, muestran que:
- 6 víctimas han fallecido, una de ellas a consecuencia de torturas
- 48 personas han sido torturadas
- 18 han sufrido lesiones físicas y/o psicológicas
- 2 personas han reportado daños materiales
- 1 persona ha sufrido tortura, lesiones físicas y daños materiales
- 1 persona presenta lesiones físicas y daños materiales
Desde estas entidades, se anima a todas las personas que hayan sufrido violencia política por parte del Estado en Navarra a presentar sus solicitudes de reconocimiento. El plazo para hacerlo permanece abierto hasta julio de 2027. Además, reafirman su disposición a brindar ayuda y acompañamiento en todo el proceso de tramitación, para lo cual basta con contactarlos a través de su dirección de correo electrónico.
Este esfuerzo continúa siendo fundamental para mantener viva la memoria, exigir justicia y avanzar hacia una sociedad más consciente y respetuosa con los derechos humanos.