Desde la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) hacen alusión al desayuno de la siguiente manera: "la primera comida del día, separada de la anterior por muchas horas. Tras esas horas de ayuno es fundamental proporcionar al organismo la energía y los nutrientes necesarios para hacer frente a todas las actividades que se realizan en esta parte del día".
"Proporcionar al organismo la energía y los nutrientes necesarios"
Desde esta entidad añaden que "de no ser así, se obliga a recurrir a las reservas, lo cual no es deseable, ya que esta situación favorece la tendencia al 'ahorro' y, por tanto, al sobrepeso. Además, está demostrado que las personas que no desayunan, o desayunan poco, tienen un rendimiento y una capacidad de mantener la atención menor que las que sí lo hacen. En la edad escolar esta diferencia puede ser fundamental para conseguir aprovechar mejor la labor educativa del colegio. El papel del desayuno es, como su nombre indica, romper con el ayuno nocturno. Para ello no es suficiente con tomar un lácteo. Un ejemplo de desayuno completo incluye, al menos: lácteo (leche, yogur, queso, cuajada), cereal (pan, cereales, galletas), fruta (entera o en zumo) y aceite o mantequilla. Es importante no abusar de la bollería, reduciendo su consumo, como máximo, a una vez por semana".
¿Qué es más sano para desayunar, galletas o cereales? La OCU responde
En esa misma línea, los expertos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) "han hecho un recuento del azúcar, la grasa saturada y las calorías de más de 200 galletas y cereales del mercado". La conclusión a la que llegan tras realizar el estudio es que "los cereales son, en términos generales, más sanos que las galletas y por eso son preferibles como desayuno de diario".
Sobre ello, desde esta misma entidad indican que "un desayuno ideal debería incluir, entre otras cosas, alimentos que sean fuente de hidratos de carbono complejos, como son los cereales, a ser posible integrales. Por eso, si buscas un desayuno de diario, es importante que te fijes bien en el etiquetado nutricional al hacer la compra: atiende a los valores clave y procura que tu elección tenga, por cada 100 gramos (menos de 10 g de azúcar, menos de 1,5 g de grasas saturadas y más de 5 g de fibra), evita ingredientes sin valor añadido, no te dejes impresionar por términos comerciales como 'fitness', 'light', 'digestive'..., da preferencia a productos naturales o poco procesados. Los días especiales, puedes comer alimentos más ricos en grasa y azúcar, pero también eligiendo entre los mejores de su categoría".
Según el Ministerio de Sanidad, para poder hacer un desayuno completo debemos dedicarle tiempo suficiente, entre 15 y 20 minutos, y siempre antes de iniciar la actividad habitual. "No lo hagas demasiado ligero. Debe proporcionar entre el 20 y el 25% de las calorías diarias. Combina líquidos y sólidos: incluye lácteos, pan, galletas o similares, cereales y fruta o vegetales frescos en tu desayuno.Vigila la presencia de fibra y limita el contenido graso", añaden desde este organismo.
Estudios científicos, como los publicados en 'The American Journal of Clinical Nutrition', destacan que un desayuno equilibrado mejora la concentración, la memoria y el estado de ánimo. Además, investigaciones del 'British Journal of Nutrition' indican que omitirlo puede aumentar el riesgo de obesidad, resistencia a la insulina y enfermedades cardiovasculares. Un desayuno rico en proteínas, fibra y grasas saludables estabiliza los niveles de glucosa en sangre y reduce la sensación de hambre. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda incluir frutas, cereales integrales y lácteos para asegurar un aporte adecuado de nutrientes esenciales y energía.