Por fin entró Urdiales en la plaza de a capital navarra. Bien por el de Arnedo. Manufactura enclasada ante un noble y manejable número 1 y primero de Jandilla: Selvalimpia. Ya era hora, nos alegramos por Diego. Verónicas para el recuerdo, al menos por inexistentes en todo el abono de este año.
El castaño oscuro y mejor armado de Tonadillero completó el lote del zapatero riojano. Entonado otra vez a la verónica el torero. Cumple el hermoso jandilla en el peto.
Vacío merendoril para Urdiales. faena sincera, medida, pero con escaso eco. Urdiales ya ha cogido el pulso a esta plaza tan complicada para él. Lo emborronó con u pinchazo previo a una estocada corta.
Talavante, de catafalco y oro, mal presagio precedido de las golondrinas que no cantaban por el Manzanares, inició su trasteo de muleta de hinojos como ya sabía Manuel Valera, de Tendido Cero. Pena por la falta de fuerza para acompañar la disposición y su propia nobleza, Tabarro. No dudaría en volver a reír, decía la solanera y podría pensar el torero. La sonrisa igual para su segundo, porque el de negro anduvo en plan talavarte con la espada. Momentos profundos y artistas del torero. Vamos, tío...
Vamos... inspiración Julián Retegi con la zurza. Y con la diestra. Buen toro este quinto, un enclasado y boyante Rufián, más claro que ése otro. En redondo, dominador, bien, transmitiendo ritmo. Redondos. Elegante Talavante. Dotore. Manoletinas postreras, amanoletadas, claro, desprecios con sentido. Lo tiene y lo tuvo. Espazado del que sale trompicado.
Ginés Marín, con la boca hecha un mapa por una cogida el día 9 en Teruel, llegó con ganas de agradar. Fácil, descolocado algo, limpio y mandón. Facilidad con la diestra y sin darse importancia. Zurda sin más: zurcida con farol para colocarse fácil con el de pecho. Manoletinas ajustadas. Bien, pero le ha faltado calor, también más empuje al bueno de Tapaboca, que pensaba más en quién era Osasuna. Espadazo atravesado y casi orejica, que se dice en toda Navarra entera, de Los Arcos al Roncal. Bueno, y también de Tudela al Pirineo, que canta la jota.
El jerezano-extremeño saludó bien con el percal y a pies juntos al sexto, otra jandilla, un Infante badanudo, más corto, pero más hondo. En varas, como su colegas, cumplió. Bien Viotti lidiando.
Brindis, como sus colegas, al público. Le falta arranque y conocer la escena para hacer media traca final. Frío Ginés Marín. Una estocada arriba, pero escaso eco. Concepto tan clásico como poco transmisor para la situación y fin de función. El toro merecía más.
Corrida de Jandilla a la que le pudo faltar algo de empuje y transmisión. Si se ponen las ganas de los Valadez, Colombo y Cía, y el palco se estira como los primeros días, la corrida era como para que todos salieran a hombros. En el apunte, destacar a Talavante, con ganas, calidad y relajo muy artista. Pena de espada. Hoy, la Roca.
FICHA DEL FESTEJO:
Seis toros de Jandilla (el 1º con el hierro de Vegahermosa), desiguales de hechuras, volúmenes y cornamentas, y de juego también dispar, aunque casi todos justos de fuerzas. El 1º, lesionado de una mano, tuvo nobleza y el 2º, aun blando de manos, aguantó con bravura. Destacó por su entrega el quinto.
Diego Urdiales, de azul noche y oro: estocada delantera (ovación tras aviso); pinchazo y media estocada desprendida (silencio tras aviso).
Alejandro Talavante, de negro y oro: media estocada desprendida, metisaca bajo y estocada (silencio); estocada trasera desprendida tendida y cuatro descabellos (vuelta al ruedo por su cuenta tras aviso).
Ginés Marín, de corinto y oro: estocada tendida desprendida y descabellos (ovación tras leve petición); estocada (silencio).
Entre las cuadrillas, destacaron en la brega El Víctor y Antonio Manuel Punta.
Octavo festejo de abono de la feria de San Fermín, con lleno en los tendidos (19.600 espectadores), en tarde calurosa.