pamplona. Los instructores de la Policía Foral dedicados a esclarecer el crimen de la irunesa Nagore Laffage manifestaron sus dudas sobre la versión que el acusado ha trazado desde que ocurrieron los hechos hasta ayer, día que declaró en el juicio, y evidenciaron que José Diego Yllanes cuenta muy pocas cosas de lo que, al parecer, resultó un pasaje tan largo. El supuesto es que él y Nagore entran en el piso hacia las 7.05 horas y, tres horas después, se consuma la muerte de la joven tras haber llamado por teléfono al 112, fragmentos en los que los investigadores dijeron entender las palabras "matar", "muerte" (acompañada de un suspiro). En el tercero de los mismos dicen que no se entiende ninguna palabra, sino que "se interpreta agitación, un susto, una angustia total, como que Nagore ve lo que le va a pasar", reconoció uno de los responsables policiales del caso.

Respecto a las manifestaciones de Yllanes, el principal instructor relató que "creo que dice la verdad, pero no toda la verdad". Aquí, el jefe policial no se refiere al último interrogatorio del detenido, en el que narra que "todo es confuso, agitado, un momento muy fogoso" y en que repite a menudo que no recuerda las escenas del crimen, la acción de estrangular a Nagore, ni siquiera cuándo le golpeó en el rostro.

Al pasaje que se refiere el policía es a su primera declaración, que prestó apenas 48 horas después de los hechos. Ahí Yllanes dijo que "Nagore se cabreó cuando le quité la ropa interior. El tanga (prenda que estaba rota por tres partes) se lo quité tirando y ahí ella empezó a gritar. Entonces le tapé la boca para tratar de tranquilizarla", afirmó el autor confeso de los hechos hace 16 meses. Y, de aquellos extractos, los investigadores ya refieren que Yllanes "lo que dice es verdad, pero no la dice toda. Llama la atención que no aporta información de ese espacio de tiempo tan prolongado que pasaron en el piso de Sancho Ramírez".

Sobre la aparición del acusado en Sorogain, el policía contó que "se encontraba abatido, decía que estaba muy borracho, que no recordaba nada y que no sabía quién era esa persona (por Nagore)".

Además, los investigadores reconocieron que en el momento de encontrar al detenido (el día 8 sobre las 0.30 horas) "no presentaba síntomas de alcohol o de estar drogado y por eso no le hicimos las pruebas" pertinentes en este sentido. El instructor señaló que la amputación del dedo índice de Nagore supuso "un problemón en un cúmulo de interrogantes" para identificar el cuerpo.