Sea como fuere Nueva York, pero no solo la metrópoli, sino también la costa este de Estados Unidos y, sin duda, las islas del Caribe donde la tormenta Sandy no ha causado tanto revuelo mediático aunque haya dejado también un panorama desolador, una barbarie a su paso, necesitará un buen tiempo para recuperar el pulso y erguirse.
Para narrar lo que ha provocado Sandy pocos tienen la visión de fotoperiodista de la navarra Maite Hernández Mateo (Galipienzo, 34 años), que lleva dos días pateándose la ciudad, sacando unas fotos maravillosas como las que ilustran esta página. Maite es la mujer de Bernardo Zozaya Lizasoain, pamplonés de 40 años, llevan seis años ya en Nueva York y ambos son dueños de Apartamentos San Fermín, una casa rural en mitad de Harlem que nació hace tres años, uno de los mejores bed and breakfast (cama y desayuno) de la urbe. Ella lo cuenta así: "Nosotros vivimos en la zona de Upper Manhattan (195 avenida Edgecombe), una zona por fortuna con pocos desperfectos, que ha vivido la tormenta de forma más suave que el resto de la isla. Tenemos una casa muy reformada, de piedra, en un barrio protegido, y aquí lo que más hemos visto han sido ramas volando, árboles caídos, cubos de basura rodando sin freno... Pero en el resto de la isla ha sido muchísimo peor y en zonas como Brooklyn los daños son impresionantes. Bajando hacia el sur de la isla hay muchos túneles inundados, el transporte público no funciona y la ciudad está paralizada. Si no tienes coche, no te puedes mover. Los vientos han sido fortísimos, las ventanas vibraban...". Maite, que como freelance ha visto unas cuantas averías gordas por la ciudad, tiene sus alojamientos "llenos, porque hay algunas personas que no se han podido ir de la ciudad y otros que no han podido llegar. Incluso a algunos clientes les hemos propuesto una actividad nueva, aprovechando que yo salgo por la ciudad a hacer fotos, vienen con nosotros en la furgoneta para ver la ciudad y salir del apartamento". Dice Maite que a pesar de todas las advertencias que llegaban por la fuerza de Sandy, la ciudadanía no ha estado del todo alerta. "Esta tormenta ha sido mucho peor que Irene, que fue muy leve, y creo que la gente era un poco reticente a las noticias que se daban. Ayer por la tarde (por el lunes allí), que ya se notaba que soplaba el viento con mucha intensidad, había madres inconscientes del peligro que, con sus niños, se saltaban las barreras de protección de los parques".
Carlos Fernandez Vidaurre, de Abárzuza, médico de 43 años, vive en Nueva York desde 2007 y trabaja como director médico en I+D para una empresa farmacéutica. Su relato también nos hace ser consciente de su situación: "Vivo con mi mujer en Manhattan, en el Upper West (parte oeste de Central Park) y, de momento, hemos tenido suerte y tenemos Internet y luz. Durante el fin de semana nos dedicamos a almacenar agua, pilas, algo de comida ( pasta/botes...) y ayer no fuimos al trabajo. Trabajamos desde casa y hoy tambien. La recomendación es que no salgamos a las carreteras porque hay rachas de viento de 70 millas por hora (112 km/h). En algunas zonas de Nueva Jersey y las zonas bajas de la isla de Manhattan y en Queens los daños son importantes".
Otra que tuvo que llenar la bañera de agua, por si les cortaban el suministro, y que acudió el domingo al supermercado para abastecerse de reservas fue Ingrid Jaklitsch, de 31 años. "Me quedé sorprendida porque aquí la gente es tan precavida que habían vaciado incluso las estanterías", contó ayer por la tarde vía teléfono desde Washington DC, donde vive desde enero de 2012. La joven, de Barcelona pero que vivió en Navarra durante once años ya que estudió Biología y Bioquímica en la Universidad de Navarra (UN) y trabajó en la CUN en investigación del cáncer, trabaja ahora en la capital norteamericana en el sector privado del Banco Mundial. Desarrollan proyectos de salud para gente desfavorecida o construyen viviendas para los sin recursos. Se ha pasado dos días enteros encerrada en casa, con la radio y la televisión encendidas a la espera de noticias. "Desde la empresa nos mandaron alertas al teléfono para que no acudiéramos a trabajar y he hecho cosas desde casa. Como vivimos (tiene una compañera de piso de California) en un séptimo piso, y cuanta más altura es peor en estos casos, intentamos proteger las ventanas con cintas adhesivas en forma de cruz. Incluso estábamos preparadas para dormir en el pasillo, porque en las habitaciones hay muchos ventanales. Por fortuna no pasó nada en casa, esto era antes un hotel y no se ha ido la luz porque tenemos un generador propio. Aun así pasamos un poquito de miedo. No era para menos, se han caído unos cuantos árboles por aquí cerca".
los nervios de los que viajan
Vuelos en el alero
No solo los que residen allí están pendientes de la ruta y los destrozos de Sandy. David Goñi, chantreano de 34 años, y Josune Ibarra, de Ziga y de 31, se casaron el sábado al mediodía en Ziga y tenían previsto marcharse de viaje de novios a Nueva York el pasado lunes. Llegaban por la noche. Planificaron una semana en la metrópoli y otra en la Riviera Maya. De momento, lo más inmediato que les han dado es que pueden viajar el próximo viernes, siempre y cuando los hoteles les sigan reservando las habitaciones. De momento, llevan dos días de locos viendo las noticias a la espera de novedades. "El vuelo nos lo han bloqueado, tendremos que hacer una escala más (Madrid-Londres-Nueva York) y esperamos que tengamos las plazas de hotel disponibles. Nos ofrecieron cambiar de destino, pero queríamos ir allí desde hace mucho tiempo. Nos hacía mucha ilusión. Ahora, en caso de que al final vayamos, habrá que ver también cómo ha quedado la ciudad y qué podemos ver".
Otros con el vuelo en vilo son los doce maratonianos de la Asociación Navarra de Diabetes (Anadi) que iban a correr el maratón de Nueva York el próximo domingo. Mañana por la mañana despegaban de Barajas con destino a Estados Unidos, pero "ahora estamos a la expectativa. En principio no está cancelado nuestro vuelo pero habrá que ver conforme pase el día y vaya volviendo todo a la normalidad". Ya tienen a una dietista, Cristina Martínez, que colabora con la asociación y que ya está allí, a la espera de que el grupo pueda volar antes de la prueba. "Lo que es casi seguro es que el maratón se va a correr, otra cosa es que nosotros podamos llegar", aseguraba ayer Víctor González, uno de los corredores.
Juanchi Patús, de la Asociación Navarra de Agencias de Viajes, cifró en trece los vuelos que ayer se suspendieron desde España a Nueva York. "Los tres aeropuertos de la ciudad están cerrados y para el miércoles (hoy) se han cancelado también todas las operaciones. Es una situación difícil. Tenemos clientes que no han podido viajar en tres días y a los que ahora hay que reubicar. De momento no ha habido cancelaciones por parte de clientes, porque se supone que va a ser una cuestión que se solucione en uno o dos días, pero hay que esperar a ver qué pasa. Desde Navarra tenemos un viaje de negocios y a los maratonianos que tienen que viajar ya para allí y todavía no sabemos qué ocurrirá. A una pareja de novios que estaba el fin de semana en Nueva York le adelantamos un día su viaje a Las Vegas para que no coincidieran con Sandy".