tudela/pamplona. Las fuertes lluvias de los últimos días provocaron que el río Ebro se volviera a desbordar durante la madrugada de ayer, afectando, principalmente, a campos de cultivos de la Ribera navarra.
El Ebro llegó ayer a los 6,59 metros como cota máxima, a su paso por Castejón, a las 12.00 horas, una altura que mantuvo hasta las 14.00 horas con 1.662 metros cúbicos por segundo. La alcaldesa de este municipio, Yolanda Manrique, aseguró que, a pesar de la elevada altura y el fuerte caudal -las mayores dificultades empiezan con más de 1.600 metros cúbicos- solo se ha visto afectada la zona conocida como El Apartado, con cultivos de trigo y alfalfa. No obstante, Manrique señaló que el comercio local es el mayor afectado dado el cierre desde el pasado viernes de la N-113 (Pamplona-Madrid) por inundación: "Dos gasolineras, un restaurante y un almacén con maquinaria están totalmente aislados y afectados por el agua".
Pese a ser una cantidad y una altura menor que en ocasiones anteriores, el hecho de que las defensas y las motas estén tan dañadas desde las inundaciones del pasado mes de enero facilitó que el agua llegara a campos en las localidades vecinas de Valtierra y Cadreita.
La alcaldesa de este último pueblo, Berta Pejenaute, aseguró ayer que las inundaciones "han sido más fuertes que las de enero y febrero", aunque desconoce si la causa es la rotura de los diques. Desde las riadas de enero y febrero, "los agricultores han arreglado con sus medios allí donde estaba roto, pero ahora se han vuelto a romper en las mismas partes", añadió la alcaldesa de Cadreita.
Cultivos de espárrago, trigo y brócoli se han perdido con la riada, a lo que se suma "que no se podrá preparar la tierra para seguir sembrando", subrayó Pejenaute. Al cierre de esta edición se desconocían las hectáreas afectadas en esta localidad.
Por su parte, en Arguedas, que mantiene varias defensas rotas, el agua afectó a los cultivos más cercanos al cauce del río aunque sin excesivos problemas, puesto que las mayores dificultades empiezan con más de 1.600 metros cúbicos.
Un poco más al sur, en Tudela, la altura máxima llegó a las 19.00 horas con 3,97 metros, lo que causó inundaciones en las riberas del río, cuyas aguas estuvieron a punto de sobrepasar el muro del paseo del Prado.
medidas propias Ribaforada y Fontellas eran dos de los pueblos que el pasado sábado estaban en alerta por el posible desbordamiento del río Ebro, especialmente por la rotura de los diques y moras que presentaban desde las fuertes inundaciones del pasado enero. Pero estos municipios evitaron que el agua llegara a sus campos agrícolas. El alcalde de Ribaforada, Jesús María Rodríguez, explicó que, cansados de esperar la reparación de las motas por parte de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), el Ayuntamiento se lanzó a arreglar el dique de Sotos de Fontellas por su cuenta puesto que "de no haberlo hecho ahora tendríamos todos los campos anegados y la carretera cortada como sucedió en enero. No sé que está pasando, pero con menos altura de río vemos que están creando los mismos problemas", agregó.
Las obras se financiaron conjuntamente con el Ayuntamiento de Fontellas. Andrés Agorreta, alcalde de esta localidad, aseguró ayer que "la CHE decía que no tenía ni presupuesto ni partida" para arreglar los diques. "Nuestros Ayuntamientos y el sindicato han puesto un dinero que tendría que haber invertido la Confederación".
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro ha convocado a una reunión a todas las localidades afectadas por las inundaciones del pasado mes de enero, que, previsiblemente, se celebrará en El Bocal, el próximo viernes, y que estaba ya prevista antes de esta última riada.
CARRETERA CORTADA Como ya sucedió con las lluvias de enero y febrero, la crecida del Ebro volvió a cerrar al tráfico el pasado viernes la carretera N-113 entre Pamplona y Madrid, en el kilómetro 75, a la altura de Castejón. Un punto que ha permanecido cortado casi 60 días de los 90 que han transcurrido de 2013.