Estamos en crisis pero no dejamos de arrojar comida a la basura. Nuestras abuelas sobrase lo que sobrase reservaban todo para aprovecharlo en los días siguientes, porque desperdiciar los alimentos era como un pecado. En los años de bonanza económica se dio paso a la cultura de tirar y no a la de guardar. En el Estado español, un hogar medio desperdicia alimentos por valor de 250 euros al año, cuando el 45% de lo que se dilapida podría haberse evitado, bien comprando adecuadamente, bien reciclando las sobras. En Europa, cada ciudadano tira de media 163-179 kilos al año -89 millones de toneladas de alimentos en la UE al año-, de las que el Estado es culpable de 7,7 millones de toneladas.

Aparte de lo poco ético y moral de este hecho, se debe tener en cuenta que todos estos residuos urbanos son perjudiciales para el medio ambiente, ya que causan un aumento en las emisiones de CO2 y juegan un papel fundamental en el calentamiento global.

"Un alimento, hasta que llega a un supermercado pasa por un proceso de producción, transporte y manipulación que emite gran cantidad de gases de efecto invernadero", explica Blanca Ruibal, responsable de agricultura y alimentación de la organización no gubernamental Amigos de la Tierra, quien trabaja en campañas de sensibilización sobre las consecuencias del sobreconsumo.

El Estado, solo por detrás de China y EEUU es el país que más emisiones de CO2 genera por la comida. En gran parte se debe a la agricultura y ganadería, sectores que requieren un uso abundante de agua y tierra. De hecho, se estima que en un año la comida desaprovechada consume 250 Km3 de agua, mientras que el 28% de la superficie de la Tierra dedicada al cultivo sirve para producir comida que tiramos.

"En los hogares se derrochan alimentos, pero donde realmente hay que actuar es en las grandes cadenas que por miedo a no tener el producto que demanda el cliente suelen almacenar más de lo necesario para luego acabar tirándolo. Supermercados y restaurantes de todo el mundo se deshacen cada día de productos que solo presentan faltas en el envoltorio o que están cerca de caducar pero que podrían ser consumidos. Arrojan la comida, en numerosas ocasiones por no cumplir unos estándares estéticos. Esto supone desperdiciar los recursos naturales, además de ir en contra de la soberanía alimentaria", añade Blanca Ruibal.

Despilfarrar la comida que compramos es hacer inútiles todos los recursos que se han usado para originarlos. Así, producir un litro de leche supone un gasto de 1.000 litros de agua y 16.000 litros en el caso de una hamburguesa. Por ello, es necesario concienciar a la ciudadanía de la importancia de adoptar hábitos responsables sobre la comida que beneficiarían no solo al medio ambiente, sino a su propia economía. "Entre ellos, está el comprar solo lo que se necesita, exigir productos de calidad, organizar los alimentos y adquirir productos cercanos, comprándolos directamente al productor y de tirar solo la que está en malas condiciones", explica Ruibal.

Según un estudio de la Confederación Española de cooperativas de Consumidores y Usuarios (Hispacoop), el 86,4% de todos los alimentos que arrojamos a la basura son sobras de comidas. El Estado se sitúa en el sexto país europeo que más comida desperdicia de Europa tras Alemania, Holanda, Francia, Polonia e Italia. Un lujo que no nos podemos permitir ni desde el punto de vista económica ni medioambiental.

Tras EEUU, Canadá y Australia, los europeos somos los que más comida desperdiciamos. Además, aunque cada vez son más las iniciativas para lograr el ahorro hídrico en los regadíos y en las casas, la realidad es que cuando se tira comida se desperdician miles de litros de agua en los que casi nunca se piensa. "No se trata solo de tirar los alimentos, sino todos los litros de agua usados durante su producción. En promedio se calcula que se precisa un litro de agua por cada kilocaloría. Por esto, tal y como explican desde las ONG, no se trata solo de malgastar comida que la gente precisa. Con cada alimento que arrojamos a la basura se van también miles de litros de agua. Según los datos del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI) "cerca de una cuarta parte de todo el agua utilizado por los seres humanos acaba en comida que nadie come. Cada vez que se arrojan alimentos antes y tras la compra, se está tirando el agua que necesita ese alimento para su producción", remachan.

Agua desperdiciada, pero no solo se malgasta agua. "A los recursos hídricos dilapidados, hay que añadir el despilfarro de fertilizantes empleados para su producción, energía para el tractor y el regadío (por lo tanto emisiones) o el gran uso de territorio para el desarrollo de esta actividad. Se utilizan muchos recursos no para alimentar personas sino vertederos", alerta Blanca Ruibal de Amigos de la Tierra.

A juicio de esta organización es preciso mejorar toda la cadena productiva, variar el etiquetado de caducidad de los alimentos para señalar la fecha en la que un producto es en realidad peligroso para la salud, estudiar la viabilidad de negocios que ofrecen grandes cantidades de comida y fomentar la cooperación con las asociaciones que trabajan en este área para distribuir y aprovechar productos, en principio, destinados a la basura que aún se pueden consumir.

EEUU. Es el país que más desperdicia alimentos. Se calcula que cerca del 40%-50% de los alimentos que se producen, 760 kg. de alimentos se pierden cada año por persona. Gasta 1.000 millones de dólares por año solo para eliminar los alimentos que se desperdician.

Australia. Los australianos tiran a la basura hasta 3 millones de toneladas de alimentos por año. Cerca de 690 kilogramos de alimentos se pierden por cada persona al año.

Dinamarca. La comida desperdiciada por los daneses es de 660 kg. por persona al año.

Canadá. En Toronto, cada hogar produce aproximadamente 275 kilos de residuos de alimentos cada año.

Noruega. La comida que desperdician es de 620 kilos por persona y año.

Holanda. En este país 610 k. de comida se pierden por persona/año.

Alemania. Alrededor de 540 kilos de alimentos se tiran a la basura por persona y año.

Reino Unido. Los desperdicios de comida son de 560 kg. por persona cada año

Malasia. Se tira cerca de un millón de kilos de alimentos todos los días en los hogares malayos.

Finlandia. Los desperdicios en los restaurantes y el sector minorista suponen la mitad de los residuos de alimentos que se generan en el hogar.