madrid - La venta ambulante ilegal se ha multiplicado este año en las principales zonas turísticas españolas, donde improvisados tenderos muestran a los turistas su mercancía falsificada a precio de saldo, en detrimento del comercio local. Baleares, Catalunya, la Comunidad Valenciana, Madrid o Andalucía son algunas de las zonas que más sufren este comercio ilegal, en el que normalmente inmigrantes disponen sus mantas ofreciendo atractivos precios por productos que imitan a los originales.

Hace unos años los discos pirata de música monopolizaban los peculiares expositores a ras de suelo de los manteros, pero en la actualidad la oferta es mucho más variada y no es extraño encontrar bolsos de marca, gafas de sol, ropa deportiva, camisetas de fútbol o incluso bisutería. En Baleares son buenos conocedores de esta situación y allí Gabriel Barceló, presidente de la Asociación Plataforma de Vecinos y Comerciantes de la Playa de la Palma (Palma de Mallorca), ha llegado a contar “hasta 70 vendedores, uno al lado del otro”, en la calle del Jamón, una de las más frecuentadas por los turistas en la isla.

El presidente calcula que en toda la Playa de Palma podrían actuar alrededor de 700 de estos vendedores ambulantes, con los consiguientes inconvenientes para los vendedores locales. “El problema es que la venta ambulante está masificada”, sostiene Barceló, quien reclama más contundencia, nuevas alternativas legales y más presencia policial para combatir este problema.

vendedores locales Si la situación en Baleares no es buena, al sur de la península, en Málaga, el problema también está muy presente. Allí, la asociación de kioscos heladeros asegura que cada año sus asociados despachan “un 60% menos” por culpa de vendedores ambulantes de latas de refresco. Pero no sólo en el litoral malagueño está afectado por la actividad de los manteros, sino que en las playas de Zahara, Zahora o Caños de Meca en Barbate (Cádiz) la venta itinerante sin licencia de ropa, complementos, bisutería o refrescos, también preocupa a comerciantes e instituciones.

“Normalmente son personas necesitadas que recurren a este tipo de venta para subsistir”, reconoció María Doles Baro, delegada de Turismo, Comercio y Playas de Barbate, quien lamenta que sea tan “complicado” coger a estos vendedores ya que, como explica, huyen rápidamente de la Policía y establecen rutinas para dejar la mercancía a otros conocidos en caso de ser atrapados.

Además de representar una fuerte competencia para las tiendas convencionales, el top manta cada vez genera mayores problemas para la Policía. Este es el caso de la Comunidad Valenciana, donde los manteros protagonizan a diario persecuciones y detenciones con la Policía, según resaltó Manuel Sánchez, presidente del Sindicato Profesional de Policías Locales y Bomberos.

La venta ilegal aumenta, los incidentes se repiten en diferentes puntos de la península y al temor de los manteros a ser arrestados por la Policía se suma el planteamiento de reforma del Código Penal que elevaría de falta a delito la venta ambulante. - Efe