pamplona - Dos vídeos compartidos a través de WhatsApp por los acusados de la violación en grupo de San Fermín han sido la prueba clave para imputarles a cuatro de los cinco procesados unos presuntos abusos sexuales (tocamientos) a una joven cordobesa de 21 años. Ocurrió en mayo cuando la chica volvía de unas fiestas y el militar procesado en Pamplona se ofreció para llevarla a casa. Ella aceptó, pero luego solo recordaba haber perdido la noción en el viaje a su domicilio, ni del trayecto en coche, ni de los abusos que sufrió. Se despertó con el vestido rasgado, desnuda, en el asiento de atrás de un coche y rodeada de cuatro individuos.
reconocidos sin dudas Después de una laboriosa investigación que el juez de instrucción 4 de Pamplona encargó a la Policía Foral, los agentes han analizado los contenidos de los móviles de los procesados y han localizado a cuatro de ellos -el guardia civil Antonio Manuel G.E., el militar Alfonso Jesús C.E. y sus amigos José Ángel P.M. El Prenda y Jesús E.D.-, claramente identificados en dos vídeos (de 31 y 46 segundos, respectivamente, y reconocidos en foto sin ningún género de duda por la víctima) en los que se observa que hacen tocamientos y se ríen de la chica. Esta denuncia que el militar trató incluso de que le hiciera una felación y ella se negó. El juez se ha inhibido de esta causa en favor del instructor de Pozoblanco.
SUS AMIGOS: “eS SU ESTILO” Debido al estado somnoliento que presenta la víctima en las imágenes, el magistrado sostiene además que “existen serios indicios de que podrían haberse utilizado sustancias específicamente destinadas para provocar la inconsciencia de la víctima”. En concreto, el juez cree que pudieron usar burundanga, la misma sustancia que ya mencionó el magistrado en un auto en el que hacía referencia a que los acusados ya antes de venir a Pamplona hablaban de traer dicha sustancia sedante, cuyo uso se ha probado en distintos ataques sexuales. Además, al ser detenidos durante Sanfermines, los propios amigos de los acusados, en un chat común que compartían con ellos, ya pensaban en su culpabilidad e insinuaban que estos hechos no eran los primeros que cometían así: “Es su estilo, es su modus operandi. No pongo la mano en el fuego por ellos porque me la achicharraría”, decían estos amigos al conocer que fueron detenidos los cinco en Pamplona.
inconsciente nada más entrar En la resolución ayer conocida, el juez considera que “resulta indiciariamente acreditado” que Alfonso Jesús C.E. ofreció a la denunciante acompañarla a casa en un vehículo, donde nada más entrar y tras sentarse en el asiento del copiloto cayó “en un estado de profunda inconsciencia”. En el vehículo se montaron también los otros tres procesados y mientras Antonio Manuel G.E. conducía, “todos ellos le tocaban los pechos” y Alfonso Jesús C.E. le “besaba en la boca, riéndose entre ellos de la víctima”, a la que llevaron a Pozoblanco, donde se despertó “desnuda en el asiento de atrás” y con el mono y las medias rotas. La joven se vistió y se colocó en el asiento del copiloto, momento en el que el militar acusado le requirió “para que le hiciera una felación” y, ante la oposición de ella, el investigado le golpeó “dos veces en la cara y otra en el brazo” antes de empujarle fuera.
LA LLAMABAN ‘BELLA DURMIENTE’ El auto precisa que los tocamientos los grabó El Prenda con el teléfono móvil del guardia civil procesado, y con ellos se crearon dos archivos de vídeo. El segundo de estos fue compartido en el chat La Manada, en el que posteriormente se refirieron a la víctima como la bella durmiente. Desde esa conversación, El Prenda difundió ese vídeo en otro chat llamado Peligro en el que participaba Ángel B.F, el quinto procesado durante Sanfermines.
En cuanto al uso de burundanga, el auto abunda en el relato de la víctima, que dijo haberse despertado sin tener conocimiento “de nada de lo ocurrido”, y en “la profunda inconsciencia que se aprecia en los vídeos” pese a los besos y tocamientos y risas de los investigados. El juez alude asimismo al hecho de que los investigados se refirieran a ella como la bella durmiente y a la voluntad de llevar para el viaje a Pamplona burundanga a la que se refería en el chat Veranito el procesado Ángel B.F. Este, en el chat Peligro, ya les decía a sus colegas a ver si habían usado burundanga para dejar a la chica así.
gps y redes sociales para localizarla
Un rastreo laborioso. La Policía Foral lleva meses analizando los móviles de los acusados y siguiendo la pista de una víctima de Córdoba a la que hasta hace poco no tenían identificada. El 16 de septiembre fue la fecha en la que un policía foral telefoneó a la joven para preguntarle si pudo haber sido víctima de unos abusos en el mes de mayo. Llegar hasta ella fue una labor ardua y compleja. Primero, los agentes usaron el GPS del móvil que grabó los hechos para saber dónde se encontraba el día de la grabación. Dicho rastro les llevó hasta Pozoblanco (Córdoba), lugar que también mencionan los acusados en el vídeo (“Esto es Pozoblanco y esto es la Manada”, dicen). Luego trataron de cotejar qué pueblos de los alrededores se encontraban en ferias en esos días. Así estrecharon el cerco sobre el lugar. Para encontrar a la chica, en redes sociales hallaron fotos de algún acusado con personas que podían conocer a la chica y, tirando de ese hilo, dieron con la víctima.