Johann Wolfgang von Goethe, poeta, dramaturgo y científico alemán, predijo el seísmo de Messina de 1783 después de avistar en el cielo una luz “de carácter extraordinario”, lo que le llevó a concluir que “un terremoto habría tenido lugar en alguna parte”. Lo que Goethe vio hace más de dos siglos fue un fenómeno muy llamativo denominado científicamente como triboluminiscencia, que estaría originado por las cargas positivas que se producen con el movimiento de las placas tectónicas en la corteza terrestre, lo que cambiaría el potencial eléctrico de la Tierra emitiendo unos destellos de luz que iluminan el cielo o las nubes y que pueden ser de color blanco, verde o rojo.

Este fenómeno, similar en apariencia a la aurora boreal, se pudo ver en Navarra el domingo horas antes del terremoto de magnitud 3 que se produjo en la localidad de Olave, a 10 kilómetros de distancia al noreste de Pamplona. El seísmo se registró a las 18.20 horas y se pudo sentir en la capital navarra, Gorraiz, Huarte y Burlada. Seis horas antes de que se produjese el terremoto, en la localidad de Lerga se podía observar la triboluminiscencia, más conocida como luces de terremoto, iluminando las nubes.

Además, en marzo del año pasado comenzó una fuerte actividad sísmica en la comarca de Pamplona a partir de un terremoto de magnitud 4,2, que también tuvo su epicentro en Olave.

Según el geólogo navarro Antonio Aretxabala, la triboluminiscencia esta siendo objeto de estudio como una posible prevención ante seísmos. “Los científicos rusos e iraníes están muy avanzados en este tema y ya investigaron estos fenómenos con el terremoto de Fukushima”, señala, y añade que el margen de tiempo entre las luces de terremoto y el seísmo podría dar lugar a un protocolo de actuación que salve vidas. Sin embargo, todavía está en fase de estudio ya que no siempre que se avistan estas luces en el cielo ocurre después un terremoto y viceversa.

antecedentes La presencia de estas nubes de colores en las horas previas a movimientos sísmicos han tenido lugar en multitud de ocasiones. Las más conocidas fueron los destellos de luz que iluminaron las nubes del cielo de Sichuan (China) media hora antes del terremoto que provocó alrededor de 65.000 muertes? y unos 375.000 heridos en 2008. Más reciente es el caso del terremoto de magnitud 8,2 que sacudió México el pasado septiembre. Muchos habitantes de diferentes ciudades del país fueron testigos de unos destellos de luz que iluminaron el cielo. Lo curioso de este suceso concreto es que el fenómeno luminoso se originó antes del seísmo y también tuvo lugar mientras se producían los temblores.