La ayuda de los cooperantes se hace más necesaria que nunca en plena pandemia. Diez personas de Cruz Roja Navarra han participado en ocho proyectos internacionales de emergencia, desarrollo o cooperación institucional durante los dos últimos años en países como Colombia, Ecuador, Haití, Honduras, Indonesia, Líbano, Mozambique y República Dominicana. Una labor imprescindible en destinos devastados por guerras, catástrofes naturales, conflictos sociales o económicos y cuyas consecuencias se agravan a causa del coronavirus.

Los cooperantes Antonio Carabante, Jasone García y Miguel Acebrón, acompañados por el presidente de Cruz Roja Rafael Huarte, y el responsable de cooperación internacional Jose Aldaba, han narrado este jueves sus experiencias en Honduras, Líbano y Haití. Tres ejemplos de ayuda humanitaria que llega tras superar cientos de obstáculos, incluida una pandemia.

El covid, una enfermedad más en Honduras

Miguel Acebrón fue parte del equipo ERU (Unidad de Respuesta ante Emergencias) de Cruz Roja desplegado en Honduras entre noviembre y diciembre de 2020, después de que los huracanes Eta e Iota azotaran Centroamérica. “Hubo cuatro millones de personas afectadas, 200.000 desplazados de sus viviendas y 75.000 acogidos en albergues, colegios o iglesias. Estuvimos trabajando en esos lugares el control vectorial. Hicimos fumigaciones para evitar la proliferación de mosquitos que transmiten enfermedades como el dengue, el zika, la malaria o el chikungunya. Para ellos, el covid era una enfermedad más de las de contagio rápido”, explica.

La pandemia condicionó notablemente su intervención. “Fuimos la primera operación del movimiento internacional de Cruz Roja que trabajamos bajo condiciones de covid. No sabíamos muy bien qué nos íbamos a encontrar y al final nos afectó sobre todo en la parte operacional. Hacíamos grupos burbuja, nos alojábamos por separado y no compartíamos vehículos con otros voluntarios. La verdad es que la población local estaba muy mentalizada, tenía bastantes protocolos y conocimientos para evitar la transmisión de enfermedades”.

Crisis cronificadas en Líbano

Jasone García lleva como delegada de Cruz Roja en el Líbano los últimos diez años. “Llegué con la Primavera Árabe, que ya nos suena a historia y he ido enlazando las distintas crisis que han ido azotando al país. Ahora hay covid, una crisis social, la revolución de 2019, la acogida de refugiados de Siria o Palestina y la explosión en el puerto de Beirut de agosto del año pasado. Son crisis que se han quedado cronificadas, sin que se haya solucionado ninguna de momento y la situación es dramática. Estamos trabajando en la reconstrucción de la zona afectada de Beirut o la distribución de alimentos en las zonas limítrofes, donde están situados los refugiados sirios. Llevamos muchos años intentando trabajar con un montón de dificultades y hay riesgo”, señala.

Un nuevo terremoto sacude Haití

Por su parte, Antonio Carabante, delegado de la federación internacional de Cruz Roja, actuó como coordinador de la cadena de suministro tras el terremoto de Haití. El 14 de agosto de 2021, un temblor de magnitud 7,2 volvió a sacudir la isla dejando al menos 2.200 muertos y más de 50.000 casas destruidas. “Mi trabajo ha sido ocuparme de todo el tema logístico apoyando a los diferentes proyectos que se están realizando. Distribuimos comida y agua, montamos un hospital de campaña con 200 camas y estamos intentando implementar el proyecto de postemergencia, aunque la situación de Haití es complicadísima. Las condiciones son muy difíciles y tenemos muchos problemas, secuestros de camiones e inseguridad. Pese a todo, intentamos ayudar lo que podemos para que la gente esté mejor de lo que estaba antes”, concluye.