¿Cual es la situación de la figura de la enfermera comunitaria dentro de la Atención Primaria?

-La Enfermería en Atención Primaria y Comunitaria se ha hecho más conocida a raíz de la pandemia. La población ha vivido de más cerca cómo es esa labor, ese acompañamiento que hace una enfermera comunitaria en base a criterios profesionales y que aportan soluciones a lo que le pasa al paciente. Entonces se ha puesto en valor. Se trata de la enfermera que acompaña a las personas a lo largo de su vida, porque en nuestras vidas tenemos procesos de salud y de enfermedad. Esas enfermedades dejan secuelas en las personas que estas enfermeras ayudan a superar, así como a que la calidad de vida sea lo mejor posible.

Es la enfermera más cercana al ciudadano, ¿no?

-Sí, es el primer contacto cuando tienes un proceso de enfermedad. A los niños, por ejemplo, la enfermera de pediatría hace un acompañamiento, pero después esto se para y esa promoción de la salud y prevención ya no se retoma hasta que se es adulto y se tiene algún proceso de enfermedad. Al final, la enfermera es quien traduce el contenido técnico y lo adapta a cada persona, por lo que esa cercanía es un poco la labor que tenemos: adaptar todo a la persona concreta que tenemos delante... o al otro lado del teléfono, en el caso de esta pandemia. De todas maneras, las consultas de Enfermería han sido las que más visitas presenciales han mantenido.

Como comenta, en la pandemia ha sido fundamental esta figura.

-Claro. Hasta ahora conocía a su enfermera comunitaria quien tiene algún proceso de enfermedad, pero la mayoría de la población no tenía ese contacto hasta la pandemia, que antes o después nos ha afectado a casi todos. Esto nos ha hecho muy cercanas y visibles a la población. Se ha entendido en la práctica cuál es nuestro trabajo diario.

¿Cuál es el reto a futuro?

-La situación de la Atención Primaria y Comunitaria es siempre difícil porque atiende a una población importante con recursos limitados y el trabajo que se realiza es más a largo plazo. El gran reto ahora mismo es que realmente nuestro rol se implante en los centros de salud, que se vea el valor que tiene, porque abarca mucho más de lo que se piensa. La formación que tenemos nos da competencia y eso hay que recogerlo en la páctica diaria, porque nos basta y nos sobra con competencias enfermeras para desarrollar nuestro trabajo las 24 horas.

Antes de la pandemia, ¿sentían que no se les reconocía su labor?

-Sí. Ese reconocimiento de parte de la población y de las instituciones políticas, que son las que gestionan los modelos de salud, ha llegado a raíz de la pandemia. La nueva estrategia de primaria actualiza el perfil de enfermera, no solo para ocupar un sitio, sino para tener voz, voto y participación en la toma de decisiones de la salud de los ciudadanos. Y ahora eso que está recogido en un documento lo tenemos que transformar en una realidad, aterrizarlo en cada centro de salud, aunque somos conscientes de que no puede ser idéntico en todos, pero sí queremos que las bases estén sentadas.