La Atención Primaria copó una buena parte de la intervención del consejero de Salud, Fernando Domínguez, ayer en sede parlamentaria. Se trata del nivel asistencial más tocado tras la pandemia, algo que reconoció el consejero, que apuesta por una reorganización que dote de más autonomía a los equipos de los centros de salud. “Apostamos por una Atención Primaria que sea el auténtico eje del sistema sanitario, la base sobre la que debe sustentarse un sistema público de salud. Es el ámbito que sigue a los pacientes en todas las etapas de su vida, la que da continuidad asistencial. Si la Primaria funciona, el paciente acude menos a Urgencias y a otras especialidades y se puede prevenir para no requerir atención hospitalaria”, defendió.

En este sentido, el departamento aboga por un modelo basado en la autonomía en la gestión de los equipos, que se traduzca en “flexibilidad organizativa para cubrir las necesidades sociosanitarias de la población; capacidad resolutiva a nivel asistencial y ampliación de la cartera de servicios con mayor independencia de la Hospitalaria”. “Abordaremos también el modelo sociosanitario de nuestra comunidad para reconvertirlo en un modelo de atención integrado que permita, entre otras cosas, reforzar y acercar los servicios sociosanitarios y sociales al entorno habitual de la persona”, explicó Domínguez.

Por otra parte, aludió a la reforma de la Atención Continuada y Urgente: “Hay que reevaluar la idoneidad de los PAC existentes y el SUR. Se ha demostrado que el Servicio de Urgencias Rurales creado en 2008 no es eficiente ni beneficioso para el desarrollo profesional ni para los ciudadanos”. En este sentido, señaló que revisarán si se cumplen sus objetivos, el grado de satisfacción de los profesionales y como lo percibe la ciudadanía.

Adaptación a los cambios

El consejero no eludió la “crisis” en la que está inmersa la Atención Primaria, algo que no solo afecta a Navarra, sino a todas las comunidades. “Pero eso no debe tranquilizarnos”, apuntó Domínguez, que defendió que “el sistema de Atención Primaria debería adaptarse a los cambios de la sociedad y a sus necesidades asistenciales, pero desgraciadamente no suele ser así porque implica cambios complejos que acarrean consecuencias políticas, económicas y sociales”.

Precisamente, la Primaria –y el conjunto del sistema sanitario– va a tener que hacer frente a uno de los mayores cambios de los últimos años: el envejecimiento de la población. “Los cambios demográficos y sociales hacen que la asistencia que precisa ahora una sociedad más envejecida y con patología crónica no tenga nada que ver con la de hace 15 o 20 años, con un sistema pensado fundamentalmente para la atención de pacientes agudos. Ahora mismo es necesario escuchar a todos los agentes concernidos y reorganizar el sistema de forma consensuada para dar la mejor asistencia posible”, sentenció.