A Modesto Manuel Azcona Garaicoechea se lo llevaron en la misma madrugada del 18 al 19 de julio de 1936 de la pensión de Gasteiz en la que vivía con su hija de 14 años. Este navarro, natural de Villafranca, era miembro de Alianza Republicana y en las elecciones de 1936 había sido elegido diputado por Amurrio en la Diputación de Álava.

Estuvo preso dos meses, hasta que en septiembre comunicó a su familia que lo trasladaban al Fuerte de San Cristóbal, pero nunca llegó.

Él y otras cuatro personas, entre ellos el presidente de la Diputación de Álava, Teodoro Olarte, fueron ejecutados en Bayas, una pedanía de Miranda de Ebro (Burgos), y sus cuerpos fueron enterrados en ese cementerio, donde ahora, 88 años después, han sido identificados los restos de Azcona gracias a las pruebas de ADN realizadas.

El Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos del Gobierno Vasco, Gogora, anunció este viernes que habían logrado identificar en el cementerio de Bayas a Modesto Manuel Azcona, diputado por Amurrio de 46 años asesinado en 1936.

Trabajadores de Aranzadi, en la exhumación de la fosa en la que fueron encontrados los restos de Modesto Manuel Azcona. Cedida

Gogora ha identificado a Modesto Manuel gracias a las pruebas genéticas realizadas a tres de sus nietas, la última de ellas, realizada en febrero de 2024, fue la que ha hecho posible la identificación, por lo que se trata de un nuevo resultado positivo del banco de ADN. Una de esas nietas, María Jesús Fuertes Azcona, relata a este periódico la “mezcla de emociones” que ha vivido la familia tras tantos años de búsqueda.

Cerrar heridas

“Para nosotras ha sido como alcanzar la paz, porque al final podemos cerrar una herida que lleva abierta muchos años”, apunta María Jesús. “Al final es como romper una cadena, porque es muy duro heredar una fosa de una generación a otra”, matiza Amaia Lerga, hija de María Jesús, bisnieta de Modesto Manuel Azcona y presidenta de la asociación Affna 36.

Con la identificación de los restos se pone fin a décadas de sufrimiento y de búsqueda. Tras años sin dar con ninguna pista, con la llegada de internet muchos familiares de fusilados empezaron a compartir en la red lo poco que sabían del paradero de sus familiares y María Jesús se enteró así de que a Teodoro Olarte, presidente de la Diputación de Álava, y a su abuelo los habían ejecutado y enterrado en Bayas.

“Nos dijeron que allí les habían fusilado a 5 o 6 y nos pusimos en contacto las familias para ver si podíamos hacer algo para buscar los restos. Mi hija Amaia escribió al Ayuntamiento de Miranda de Ebro y por fin conseguimos que exhumaran los cuerpos en 2019”, rememora María Jesús.

Pero entonces arrancaba otro proceso, el de la identificación de los restos, que se ha alargado 5 años, en los que la familia ha estado a la espera: “Dimos el ADN varias hermanas y daba negativo. Pero a principios de este año conseguí que otra de mis hermanas aportase su ADN y este viernes nos llamaron y nos dijeron que había dado positivo, que era mi abuelo”, relata emocionada.

Acto en Villafranca

Ahora la familia espera que desde el Gobierno Vasco les entreguen los restos de su antepasado y su idea es hacerle un homenaje en el cementerio de Villafranca, su pueblo natal.

“Este era un caso difícil pero esperamos que sirva para dar esperanza a otras familias y como ejemplo de que las políticas de memoria y de justicia son necesarias, porque todavía hay muchas personas que tras casi 90 años siguen buscando los restos de sus familiares”, apunta Amaia.