Los casos de la enfermedad de Lyme no han dejado de incrementarse en los últimos años, pero aún así sigue siendo una patología infradiagnosticada. Es lo que sostienen las personas afectadas por esta enfermedad y detallan que ese bajo diagnóstico se debe principalmente a dos cuestiones: que el Lyme crónico no esté reconocida en España y que es una enfermedad que tiene síntomas similares a otras patologías. 

A la enfermedad de Lyme se le conoce como la gran imitadora porque comparte síntomas con muchísimas enfermedades como la fibromialgia o la ELA”, detalla Naiara Olagüe, paciente de Lyme crónico e impulsora de la iniciativa Lyme metro a metro. Ella no se enteró de que, siendo joven, una garrapata le mordió y le transmitió la enfermedad, por lo que señala que a muchas personas los síntomas les pueden aparecer años después y en algunos casos, como el suyo, la enfermedad puede volverse crónica.

“Que te salgan síntomas pronto y puedas ver la marca de la mordedura es algo que casi hay que agradecer, porque así te pueden diagnosticar la enfermedad de Lyme y con antibiótico se supera. El problema es cuando no eres consciente”, apunta esta mujer navarra, que indica que ella sufre hipersensibilidad a la luz, dolores de cabeza, dolor muscular y cansancio crónico.

Enfermedad no reconocida

Olagüe, igual que el resto de pacientes con Lyme crónico, está diagnosticada de otras enfermedades, porque la suya no está reconocida en España, una pelea en la que las asociaciones llevan inmersas mucho tiempo. “Mucha gente que tiene un diagnóstico de fibromialgia, por ejemplo, en realidad lo que tiene es la enfermedad de Lyme”, asegura.

Por ello, Olagüe insiste en la necesidad de que se reconozca esta enfermedad, algo que ya ocurre en varios países de la UE, y también reclama que se mejoren los test diagnósticos: “cerca del 70% de las analíticas son falsos negativos”.