Aunque parecía que este verano el calor se estaba resistiendo a aparecer, esta semana ha vuelto a través de una ola de calor. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha registrado este martes alerta amarilla en la Ribera del Ebro de Navarra, donde se han alcanzado temperaturas de hasta 37,7 grados en las Bardenas. La alerta se prologará durante la jornada del miércoles, también amarilla y en la misma zona, en la que se prevé alcanzar los 36 grados de máxima. Un tiempo que, mientras para algunos puede volverse desagradable, para muchos y muchas se ha convertido en la oportunidad que estaban esperando para disfrutar de baños refrescantes en playas, piscinas o las aguas de embalses como los de Yesa. Esta zona, donde el martes se alcanzaron los 34,8 grados, supone el espacio perfecto para atraer a visitantes de dentro y, sobre todo, fuera de Navarra que busquen disfrutar de una jornada junto al agua o conocer un poco más la Comunidad Foral.
Los alemanes Louisa Richter, de 28 años, y Michael Glasow, de 36, llegaron el lunes al embalse en su primera visita a la Comunidad Foral. Richter, tumbada en una hamaca bajo la sombra de un árbol, ha explicado que los dos amigos comenzaron su viaje en la ciudad de Freiberg, en Sajonia, y, durante dos semanas, han viajado en coche a través de Francia con la intención de llegar a Barcelona. Sin embargo, pensaron que “estaría bien pasar por los Pirineos y visitar San Sebastián para comer tarta de queso”, ha añadido la joven. Tras una breve estancia en Yesa y después de partir el martes hacia Donosti, el siguiente destino será Bilbao para, a continuación, volver a Alemania por la costa oeste de Francia en la semana de vacaciones que les queda. Aunque aún no se habían bañado en las aguas de Yesa, los jóvenes han mostrado su intención de probarlas antes de continuar su camino hacia Donosti.
Quien no nadará en ellas es el holandés Erno Van Zeben, de 58 años, quien salió de la ciudad de Dordecht hace unos once días con su auto caravana. Sentado a la mesa junto al vehículo, el holandés se ha refrescado en la sombra frente al pantano mientras ha reconocido que prefiere “los lagos pequeños de montaña” para bañarse. Al igual que los alemanes, Van Zeben ha viajado por Francia hasta que el lunes llegó a Navarra, a través de los Pirineos, para conocer la Comunidad Foral. Su objetivo es continuar en los próximos días hacia Barcelona para encontrarse allí con una amiga a la que no ve desde hace dos años. “Soy el tipo de viajero que no planea, pero la idea es quedarme dos o tres días en Barcelona con una amiga que vive en Valencia y está de camino a Holanda para visitar allí a sus padres”, ha asegurado.
En este viaje que ha emprendido él solo, y al que aún le quedan cuatro semanas, el holandés espera volver a Dordecht subiendo por Francia y ver el océano.
Para pasar el día
Sin embargo, no todos las personas que se han dejado caer por Yesa eran extranjeros, sino que muchas lo han visto como una oportunidad para buscar el sol y dejar atrás por unos días el mal tiempo de Gipuzkoa. Así lo han reconocido los donostiarras Anartz San Miguel, de 24 años, y Laura Alfaro, de 27, quien se ha mostrado como una visitante bastante habitual de este embalse para “escapar al buen tiempo y rascar sol, porque en Donosti hace bastante malo y aquí siempre mejor, así que normalmente vengo con las amigas en coche, con unas neveras, a pasar el día”. En este sentido, San Miguel ha añadido que “como estamos a una hora solemos venir a echar el día”.
La pareja salió el viernes pasado de Donosti con la intención de ir a Jaca a tirarse del columpio del Valle de la Tena, aunque sus planes cambiaron sobre la marcha. El calor, la falta de aire acondicionado en el coche y el agobio de su perro en estas condiciones hizo que los donostiarras decidieran parar en Yesa, donde vieron que “se está muy bien y el agua está muy buena”, ha apuntado San Miguel. Después de tomar el sol durante un rato en sus tumbonas, la pareja no ha dudado en combatir las altas temperaturas mediante un baño en el embalse con sus flotadores rosa y verde mientras su perro no ha parado de inspeccionar hasta el ultimo rincón de la zona.
También desde Gipuzkoa, el malagueño Arturo Rivas, de 32 años, y la vecina de Hernani Ane Iradi, también de 32, salieron el lunes de la localidad vasca para aprovechar su día libre en el trabajo. Después de hacer noche en Yesa, donde no se bañaron, la pareja ha puesto rumbo el martes hacia la Foz de Lumbier con la intención de hacer una caminata y, después, refrescarse por fin en sus aguas. Sin embargo, Rivas ha remarcado que “queda pendiente el baño” en Yesa, para quien ha sido su primera visita al embalse.
Mientras, los hermanos Iarai, de 12 años, y Yago, de 8, vecinos de Sangüesa, han practicado con sus piraguas bajo la atenta mirada de su padre en unas aguas en las que ambos se han desenvuelto con gran dominio y soltura.