Síguenos en redes sociales:

El megaconvoy de ayuda del CI Donapea ya ha descargado en la zona cero: "Tenemos la sensación de que haber hecho algo increíble"

Santiago Sabater, profesor valenciano en el centro navarro, ha liderado un envío de 15 vehículos que ha entrado a Benetússer, Catarroja y Alfafar

This browser does not support the video element.

Un convoy desde Donapea a la zona cero con toneladas de ayuda y de manos amigas.Enrique Conde

"Aquí todo el mundo ha sumado". Con esa sensación se queda Libertad Martínez, directora del CIP Donapea, que aglutina a un millar de estudiantes, después de 48 horas frenéticas. En este tiempo, la comunidad educativa de Donapea, a través del boca a boca, la difusión en redes, las gestiones de Martínez con otros directores de centros de FP de Navarra, y la unión de entidades y empresas ha fructificado en un envío masivo de ayuda a Valencia, fructificado entre la noche del martes y la mañana de este miércoles.

Con un total de 26 centros y firmas colaboradoras, si algo destaca Martínez es que "aquí nadie quiere cobrar ni un euro. Solo quieren donar. Educación ha sufragado el transporte en el que viajan".La preparación de semejante convoy ha sido ágil y coordinada. "Una cadena de favores de unos a otros". Un profesor que conoce una empresa, un padre que pregunta en una peña, todos en auzolan aportando y amoldándose a las necesidades que eran variables con el tiempo. "Si al principio la necesidad era comida y ropa, luego fuimos viendo que hacía falta herramienta y ya a lo último nos citaban que necesitaban productos de limpieza y desinfección y de protección a la salud. Íbamos con unas necesidades que nos han marcado y lo que nos hacía falta eran las manos y cabezas pensantes como las que hemos tenido", recordaba la directora, que añadía que "el alumnado del centro no ha viajado, pero a muchos les hemos tenido que frenar".

Mensajes de ánimo desde centros educativos navarros a Valencia, que viajaban en el convoy.

Al frente del contingente enviado se encuentra el profesor de departamento de Electrónica del CI Donapea, Santiago Sabater López, que cumple su tercer año en el centro, de 36 años y natural de Morella (Castellón), que se retorcía de dolor la semana pasada al ver a su pueblo sufrir y llorar. Pronto quiso echar una mano y se activó cuanto antes. "Como valenciano he vivido por todo el proceso de este drama. Desde el principio, al observar la magnitud del desastre y no acababa de entender lo que ha pasado. Se te partía el corazón. Mi gran pasión es la escalada y tengo a muchos conocidos en la zona afectada por eso. Al ver el caos, el desamparo institucional y los daños, hablé con compañeros del centro de Donapea para hacer una recogida. Ya en principio aunamos tres furgonetas. La directora, Libertad, mostró una predisposición desde el principio que se la tendré que agradecer eternamente", recuerda el docente. Abrieron la recepción a todo el centro y comunidad educativa de Donapea. Se sumaron institutos, barrios, pueblos enteros... "ahí empezaron los nervios porque no teníamos transporte suficiente, ni siquiera lugar de almacenaje. Educación dio la talla y hemos tenido su ayuda para el transporte".

Los alumnos y alumnas no han querido la oportunidad de enviar ánimos con la ayuda.

Te puede interesar:

Sabater, que se encuentra a última hora de la tarde en el centro de recepción de ayuda de Alfafar, reconoce que en plena recogida se dieron cuenta de la dimensión también de su llamamiento. "El lunes vimos la magnitud de todo lo que habíamos movido. Hostia, la que hemos preparado. Y estaba entre emocionado porque hubiera sumado tanta gente como triste por saber cómo estaban por aquí". Al final, en 51 palets disfribuidos en 3-4 furgonetas, varios todoterrenos y unos cuantos camiones, han llegado hoy al colegio Blanco Ibáñez de Benetússer, en el centro de Catarroja y en el centro logístico de Alfafar, desde donde en coches reparten a más puntos localizados. Se han metido en el barro hasta el fondo. "Hemos pinchado, alguna furgoneta encallaba al ir con peso, pero estamos muy felices. Ha sido una tarea increíble porque sobre todo queríamos hacer el máximo bien posible y creo que lo hemos logrado. La gente nos lo agradece, les impacta que hayamos llegado de institutos de Iruña con todo esto. Llevábamos mucha agua, leche, productos de limpieza y desinfección, un montón de botas de agua, palas, cepillos, rastrillos...". A la hora de montar el cargamento y preparar la distribución, el profesor conversó con asociaciones vecinales de Valencia y con un amigo bombero (Álex), "que nos ha ayudado a entrar hasta el cogollo. Ellos marcaban las necesidades. Sobre todo, lo que no queríamos era estorbar o ser un problema, queríamos entrar en la zona cero y repartir donde se requiriera".

Sabater remata describiendo que lo que han visto "es lo más parecido a una guerra, coches cruzados y en medio de cualquier calle, basura, desorden, escombro... Y no me quiero imaginar cómo era esto hace una semana. Nos vamos con la sensación de que hemos hecho algo que ha ayudado", reitera Santi, dispuesto al filo de las 20.00 horas a salir de la zona y buscar en el camino de regreso un sitio para dormir con el resto de compañeros que han acudido.