Mario Gaviria Labarta (Cortes, 1938) ha esquivado el olvido seis años después de su muerte, y sobre todo ha dejado una senda de trabajo y pensamiento. Este martes a título póstumo su figura será galardonada con la Medalla de Oro de Navarra 2024.
Su formación le llevó a Inglaterra, Francia, Estados Unidos o Mozambique. Gaviria tenía inquietudes polifacéticas, como la ecología, el urbanismo, la movilidad, el turismo o la integración de la migración. Era un trabajador nato –“soy un adicto al trabajo”– confesó a nuestro periódico), y publicó más de 40 libros. Asimismo se destaca su olfato, su activismo y vitalidad, sus convicciones fraternas o su carácter alegre y socarrón... Gaviria decía que Navarra sabía producir coches y fiestas y que la Champions había hecho más que la UE a la hora de extender la idea de Europa.
Nacido un año antes del final de la guerra civil, pertenecía a una generación que empieza a desaparecer.
Félix Taberna
Vicepresidente primero del Gobierno de Navarra
“Fue un gran pensador”
“En tiempos de crisis salen personas con fuerza y el ámbito generacional de la posguerra hizo a personas muy fuertes, también en el pensamiento”. Licenciado en Ciencias Políticas y Sociología en la Complutense, Félix Taberna conoció a Gaviria cuando este ingresó en la Escuela de Trabajo Social de Navarra. “Mario era tremendamente colaborador y divulgador”. “Fue un gran pensador, y en estos momentos de turbulencias el pensamiento es lo más necesitado. Su metodología era disruptiva, es más necesario que nunca leerlo, estaba muy pegado al terreno y a la sociedad”.
“Era una de esas personas con grandes ideas de progreso en una sociedad mejor”
Taberna cree que en el actual contexto “de declive y de desvanecimiento de las grandes ideologías quizás sea bueno recuperar a personas que portaban grandes ideas, proyección de futuro y sobre todo de progreso en una sociedad mejor”, como forma de sortear “la cancelación del futuro”, uno de los posibles “grandes baldones que estamos viviendo”.
Miguel Laparra
Exvicepresidente del Gobierno de Navarra y profesor de la UPNA
“Estuvo por delante en muchas ideas y propuestas”
Profesor del Departamento de Sociología y Trabajo social de la UPNA, Miguel Laparra fue uno de los autores del libro Mario Gaviria. Pensamiento, obra y proyección, publicado por Catarata en 2019. “Personalmente me ha marcado mucho. Empecé a trabajar con él justo cuando acabé Sociología, y posteriormente estuvimos colaborando durante muchos años hasta que se jubiló”.
Laparra destaca de Gaviria “su gran generosidad, tanto en lo personal como en lo intelectual. En lo personal siempre tuvo su casa abierta, conviviendo con colegas y amigos, y facilitó la vida en muchos aspectos a muchas personas de su entorno. Intelectualmente han sido cientos de personas las que se formaron con él, y por lo menos unas cuantas decenas muy directamente”.
“Siempre pensó que la sociedad navarra no era tan conservadora, sino mucho más avanzada”
También recuerda su “enorme implicación, su capacidad de innovación y de estar por delante en muchas ideas y propuestas”, por ejemplo “en aspectos urbanísticos en los años setenta con las luchas vecinales muy especialmente en Madrid”, además de sus conocimientos en pro del movimiento ecologista y antinuclear o en el desarrollo de “políticas sociales más inclusivas”.
Mario Gaviria conoció el cambio político y social que se dio en Navarra en 2015, donde además Laparra fue vicepresidente de Derechos Sociales del nuevo Gobierno presidido por Barkos. El propio Laparra recuerda que poco después de conocer su nombramiento llamó para comunicárselo a su colega, la reacción fue "eufórica” y cargada de humor: ¡Enhorabuena! ¡Te han hecho vicepresidente los rojos y los vascos!
Para Laparra Gaviria estaba “muy lejos de lo que se le pretende atribuir desde los sectores conservadores”. A su juicio, “él siempre pensó que la sociedad navarra en realidad no era tan conservadora, sino mucho más avanzada”. A su juicio “estuvo hasta el final donde siempre: del lado del compromiso por la transformación y el avance social”.
Manuel Rodríguez
Decano del COLSOCPONA
“Era una persona muy generosa”
“Yo destacaría de él su profundo arraigo con la Ribera, el Ebro, las Bardenas, Navarra y los Sanfermines. Para él eran elementos vitales muy importantes. A pesar de ser un hombre de un mundo muy amplio en el fondo era muy navarro”. El decano del Colegio de Sociología y Politología de Navarra conoció a Mario Gaviria acabando la carrera. “Era una buena persona, muy abierto, y muy amable”, dice en cuanto a su faceta más humana. También, al igual que Laparra, recuerda su generosidad y su capacidad de trabajo hasta el final. “Era muy disruptivo, siempre pensaba en cosas nuevas, y con una gran vocación de enseñanza socrática”, en contacto con su alumnado en trabajos fuera del aula.
Rodríguez cree que Gaviria apostaba por “una sociología más activa, que influyera más en lo cotidiano. Para él sociología y activismo era lo mismo. Hacía estudios para influir, modificar y cambiar. El ejemplo más conocido fue su lucha antinuclear”, lo que le hizo en los últimos años admirar a Merkel, o “su esfuerzo en los primeros años por hacer un urbanismo más humano, donde se tuviera más en cuenta a las personas. Estudios que ahora están tan de moda, pero que entonces no se hacían. Para Mario acción y estudio eran prácticamente lo mismo”.
Desde su convicción ecologista, “todo lo que suponía despilfarro y falta de sostenibilidad lo veía muy críticamente. Él pensaba que era factible vivir felices con menos consumo y con una vida más natural”.
“Fue profundo su arraigo con la Ribera, el Ebro, las Bardenas, Navarra y los Sanfermines”
Rodríguez también recuerda que Gaviria participó con Amando de Miguel, Aranguren, Tierno Galván o Sampedro en CEISA, que lo montó Vidal-Beneyto en Madrid. “Pretendían crear un espacio de estudio y aprendizaje de la sociología en los años sesenta, como centro de estudios e investigación al margen del ámbito universitario tras la expulsión de Tierno Galván y Aranguren”. Gente como Salvador Giner o Manuel Castells también formaron parte de ese proceso de enseñanza. Un grupo de personas que acabó siendo “la crème de la crème de la sociología”. Gaviria también dio clases en Los Ángeles, “y de ahí trajo su preocupación por la ecología”, y destacó también en la lucha contra la discriminación a causa del sida. Además colaboró con la ONU en el proceso de desarrollo de Mozambique, y realizó algún trabajo en Cuba.
Rodríguez destaca de Gaviria su carácter “vitalista y optimista”, pero recuerda sus “preocupaciones” ante el proceso migratorio en cuanto a la integración de las comunidades islámicas. “Estaba muy preocupado por la Ribera, por lo que él llamaba la islamización fría, y lo que eso estaba significando en la Ribera, que a fin de cuentas era casi su referente vital. Le preocupaba cómo buscar elementos de convivencia que evitaran conflictos”. Una cuestión, como la del clima, el urbanismo de plena actualidad.
El Post-it
“La reconciliación”. Hijo adoptivo de Zaragoza (2002), Premio Nacional de Medioambiente en 2005 o Cruz de Carlos III en Navarra en 2016, entre otros galardones, su candidatura a la Medalla de Oro, presentada por el Colegio de Sociología y Politología de Navarra, resultó elegida casi por unanimidad por el jurado de este galardón. Entrevistado hace 18 años en este periódico por Jesús Iribarren dejó un titular que con la actual perspectiva deja un agradable sabor: “Navarra tiene pendiente una reconciliación, que creo que en 20 años se solucionará”. Afortunadamente mucho se ha avanzado desde entonces, aunque ese mismo plazo que fijaba abre un interesante debate sobre nuestro actual estado de fraternidad.