El periodista navarro Asier Aldea Esnaola viajó el pasado 15 de febrero a Dakhla, ciudad saharaui ocupada por Marruecos, junto con el youtuber granadino Rama Jutglar (@Ramilladeaventura), con el objetivo de entrevistar a varios activistas saharauis y conocer cuál es la situación en la que se encuentra la población. Desde allí cogieron un autobús para llegar a El Aaiún.
Sin embargo, antes de bajar del vehículo, la policía marroquí, vestida de paisano, les detuvo indicándoles que "no son bien recibidos aquí", de manera que les compraron dos billetes para que fueran hasta la ciudad de Laghdir.
"No nos explicaron nada más, simplemente nos dijeron que no podíamos bajar", ha denunciado el periodista. Esto no fue un hecho aislado, ya que la noche anterior, cuando bajaron del avión, les detuvieron y preguntaron cuáles eran los motivos de su visita, les pidieron los billetes y les fotografiaron. "A partir de ese momento nos dimos cuenta de que estábamos siendo vigilados", explica.
Una vez llegaron a Laghdir, les dejaron hospedarse en un hotel, pero tanto Aldea como Jutglar se percataron de que les estaban siguiendo, sacando fotografías y que hubo personas que se acercaron a la recepción a preguntar por ellos con el objetivo de saber cuál iba a ser su siguiente paso. Ante esta situación, decidieron coger un vuelo de vuelta a Dajla para poder regresar al Estado español y, de paso, coger algún que otro testimonio.
No obstante, cuando hicieron escala en el Aeropuerto Internacional Mohammed V de Casablanca, la policía de Marruecos les impidió continuar su camino, les sustrajeron sus pasaportes y les están reteniendo en el aeropuerto: "Nos han dicho que no podíamos viajar sin darnos ningún tipo de explicación", declaran en un vídeo difundido a través de redes sociales.
Tras varios intentos de negociación, les llevaron a una oficina en la que les comentaron que "esto no es una deportación porque pueden coger libremente un billete y viajar como pasajeros normales". Con todo, si continúan en el país, serán deportados próximamente. “Nos obligan a comprar un billete a Madrid como única condición para que nos devuelvan el pasaporte. Llevamos cinco horas o más sin pasaporte y sin posibilidad de movimiento", expresa Rama.
Al no estar detenidos, ambos jóvenes comunicaron que les devolvieran el pasaporte con el objetivo de viajar hasta Tanger y, de ahí, tomar un vuelo hasta Madrid. "Pero nos han dicho que de ninguna manera, que no podemos salir del aeropuerto bajo ningún concepto", ha contado Aldea.
Posteriormente, los sacaron de la oficina de malas maneras. Ambos insistieron a los agentes de policía y les explicaron que no tenían dinero para coger un vuelo y que aceptarían la deportación, a lo que ellos respondieron que, en ese caso, la deportación se produciría el viernes. Finalmente, los dos jóvenes, resignados y al ver que no había otra opción posible, han comprado dos billetes de avión con destino Madrid a las 19.00 horas, pero hasta última hora se ha mantenido requisada la documentación. "Se podría decir que nos han mangoneado. Ha sido innecesario que se haya paseado con los pasaportes por la puerta de embarque hasta casi llegar a los asientos del avión", ha comentado.
En lo que respecta al Consulado General de España en Casablanca, justo antes de embarcar, el cónsul Luis Belzuz de los Ríos se ha reunido con los dos jóvenes y estos les han relatado los hechos ocurridos y las quejas pertinentes sobre el trato que han recibo por parte de las autoridades marroquíes (que en ningún momento ha sido agresivo). A lo que les ha respondido que se tendrán en cuenta sus consideraciones y que se valorará tomar las medidas oportunas.