Conjuntadas con el mismo chubasquero, Edurne Etxeberria y Encarna Suescun, de Uterga, han salido prontito de Campanas. "Esperemos que no nos llueva mucho", señalan ambas. Las dos amigas son fieles a la tradición de la Javierada. "No hemos fallado nunca, menos cuando he tenido dos partos", ríe Suescun.

El mal tiempo les ha servido para estrenar "la capa" que compraron hace unos años. "La compramos pero nunca antes nos la habíamos puesto, por eso vamos las dos iguales", apuntan. Van bien equipadas. "Goretex y buena ropa", recalcan.

Las dos mujeres de 68 y 62 años son las últimas supervivientes de la cuadrilla. El mal tiempo y el paso de los años ha dejado a muchas de sus amigas en casa. "Antes veníamos hasta 15. Los últimos años hemos venido con una amiga más, pero estaba con catarro y ha decidido quedarse en la cama", lamenta Etxeberria.

Ellas no fallan. "El santo nos llama y cumplimos. Es nuestro sacrificio anual. Aquí seguiremos hasta que no podamos ni andar", aseguran las dos peregrinas. "El siguiente fin de semana no lo tomamos con más calma, hacemos 8 kilómetros y ya, con autobús y todo para ir y volver", añaden.

Las dos amigas de Uterga, abrazadas y sonrientes, han continuado con la caminata hacia Javier.