El consumo de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, grasas saturadas y sodio, no deja de crecer entre los consumidores, un consumo que abre la puerta a obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares y otros trastornos de salud desde edades tempranas. El 94% de los menores navarros consume semanalmente hamburguesas, perritos, pizzas y/o patatas fritas y el 11% entre 3 y 4 veces por semana, revela una encuesta llevada a cabo por Fundación Eroski y publicada en la revista Consumer. Los dulces también son frecuentes en la alimentación de casi todos los menores. El 95% consume semanalmente bollería, galletas y/o chuches, y el 39% lo hace tres o más veces por semana. Lo mismo pasa con las bebidas de consumo ocasional, que son más frecuentes en la dieta infantil de lo recomendado. El 84% de los niños y niñas consume semanalmente refrescos o zumos, y el 36% lo hace tres o más veces por semana. Además, el 14% toma bebidas energéticas de forma semanal.

Consumer ha preguntado directamente a los pequeños de la casa por sus hábitos y preferencias por la comida, lo que ha dado como resultado un trabajo de investigación que refleja la autopercepción que los menores (niños y niñas de 8 a 12 años) tienen sobre sus hábitos y su participación en la alimentación de la familia. En concreto, se preguntó a 2.126 niñas y niños de nueve Comunidades del norte de España, entre mayo y septiembre del 2024.

Consumo elevado de comida basura

En la cúspide de la pirámide alimentaria se encuentran todos aquellos alimentos que hay que consumir muy ocasionalmente. Una amplia variedad de productos que tienen muchas calorías y un alto contenido en sal, azúcares añadidos, grasas saturadas o grasas trans.

La buena noticia que se puede desprender tras el resultado de esta encuesta es que prácticamente la mitad de los niños y niñas de Navarra, concretamente el 47%, cree que deberían cambiar algunos de sus hábitos alimentarios, como comer más fruta y menos ultraprocesados, además de beber más agua. El director de la Fundación Eroski y de la Escuela de Alimentación Eroski, Alejandro Martínez Berriochoa, considera este un dato esperanzador. “Sobre todo indica que aún se está a tiempo para mejorar, ya que cuando son más mayores, en la adolescencia, comienza a ser más difícil cambiar los hábitos”.

Otro dato que llama la atención es que casi la mitad de las familias, el 47% de los hogares, utiliza la comida como premio para sus hijos cuando se han portado bien. Esta conclusión pone de manifiesto el elevado porcentaje de hogares –más de la mitad– en los que se utiliza la alimentación como un argumento para premiar a los hijos e hijas, lo que desplaza la alimentación en el imaginario de los menores fuera de los hábitos saludables que deben mantener de manera cotidiana. Esto es aún más preocupante cuando gran parte de dichos premios incluyen productos poco saludables, como chucherías, dulces o bollería.

Mayor consumo de bebidas azucaradas en hogares de rentas bajas

El 97% de los niños y niñas navarros dice consumir agua como bebida principal en sus comidas. Sin embargo, un porcentaje significativo también acompaña sus comidas con zumos (21%), refrescos con gas (13%) u otras bebidas (17%). Esto, sin duda, ensombrece en cierta parte el resultado favorable de la preferencia por el agua, ya que el gran problema es que la quinta parte de los encuestados combina habitualmente el agua con bebidas cuyo consumo recomendado es únicamente ocasional.

La mayoría de los niños y niñas en Navarra, en torno a un 94%, siguen tomando el desayuno y el 88% también meriendan, realizando un total de cinco comidas diarias

“La principal fuente de la ingesta de azúcar y calorías en los niños, son las bebidas dulces. Sin olvidar que al final estos productos de consumo ocasional, terminan siendo consumidos a diario”, añade Berriochoa. Además, este consumo está relacionado con las familias más desfavorecidas, al vincular estos hábitos alimentarios con el nivel de renta a nivel estatal, se observó que en aquellos hogares con rentas más bajas el porcentaje de niños y niñas que consumen refrescos con azúcar se multiplica por más de ocho (7,8% frente a 0,9%).

Implicar a los niños desde el supermercado

Participar en la cocina desde edades tempranas es un hábito muy extendido. La encuesta refleja que vamos en la buena dirección, ya que la mayoría de los hogares con niños realizan la lista de la compra teniendo en cuenta la opinión de los pequeños. En concreto, en el 89% de los hogares con menores de 8 a 12 años se elabora una lista de la compra, y en el 94% de los casos se tiene en cuenta la opinión de los niños y niñas al confeccionarla. Además, casi todos menores acompañan a sus padres a hacer la compra, ya sea siempre (44%) o en ocasiones (52%).

El hecho de que los niños cocinen con sus padres hace que sean más proclives a probar nuevos alimentos, algo clave para introducirles el concepto de una alimentación saludable y equilibrada. Meter las manos en los fogones es algo que gusta a casi la mayoría de los pequeños, según se desprende de la encuesta. Concretamente, el 86% afirma colaborar en casa a la hora de cocinar, ya sea siempre (22%) o a veces (64%). Por comunidades autónomas, Baleares es donde colaboran más (91%), mientras que en Cantabria es donde menos lo hacen (76%).

Desayuno y merienda siguen siendo habituales entre los menores navarros

Hasta ahora siempre se ha hablado de la importancia de tomar cinco comidas al día: desayuno, tentempié de media mañana, comida, merienda y cena (es decir, tres comidas principales y dos aportes extra). Y esto es algo que cumplen la gran mayoría de los encuestados. Sin embargo, las nuevas tendencias en alimentación, cada vez más extendidas, empiezan a cuestionarse la importancia del desayuno y la necesidad de realizar cinco comidas diarias. En concreto, en Navarra el 94% de los menores siguen realizando el desayuno y el 88% toman también merienda habitualmente.