En el apagón de lunes la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) pudo recuperar la normalidad más rápidamente gracias a la entrada de energía francesa a través de la subestación de Hernani. En la actualidad, esa interconexión se compone de cuatro líneas que atraviesan los Pirineos y que dan una capacidad de intercambio de hasta 2.800 megavatios (MW), que deberían pasar a 5.000 en 2028, gracias a un proyecto por el golfo de Vizcaya.
Red Eléctrica destaca el papel que tendrá la futura interconexión semisubmarina entre la CAV y Francia, ya que el sistema eléctrico cuanto más conectado está ofrece más resistencia frente a este tipo de apagones.
El trazado no solo será submarino, ya que una porción significativa deberá pasar por tierra firme. Este proyecto, que supone una inversión aproximada de 3.000 millones de euros, discurre por un intrincado trazado con un cableado extenso, gran parte del cual se instalará en el fondo del océano Atlántico. En algunos puntos alcanza profundidades de hasta 4.500 metros. La nueva línea entre Cubnezais (al norte de Burdeos) y Gatika, que se empezó a construir en el otoño de 2023, tendrá 400 kilómetros de largo, con un recorrido en gran medida submarino.
La infraestructura permitirá doblar la capacidad de intercambio eléctrico entre ambos países, lo que servirá para reforzar la seguridad y la calidad del suministro en ambos sistemas eléctricos, avanzar en la integración de renovables y aumentará la eficiencia de ambos sistemas, generando ahorros que se trasladarán en un beneficio para los consumidores.
Gatika-Burdeos
400 kms de cable submarino. El punto exacto por el que llega el cable desde el mar está en el municipio de Lemoiz. Se trata de una infraestructura de 400 kilómetros de cable submarino a través del Golfo de Bizkaia que, en el lado francés, concluyen en Cubnezais, al norte de Burdeos. En algunos puntos alcanza profundidades de hasta 4.500 metros.
Tres años, más capacidad. La entrada de energía de Francia a través de la subestación de Hernani permitió a Euskadi recuperar la normalidad más rápidamente el pasado lunes. Actualmente la interconexión se compone de cuatro líneas que atraviesan los Pirineos y que en tres años serán reforzados con el cable que unirá la CAV con Francia, lo que permitirá doblar casi la capacidad de intercambio eléctrico.
Una vez que entre en servicio, los 5.000 megavatios de capacidad de intercambio representarán apenas un 5% de la capacidad de generación instalada en España, cuando la Unión Europea había fijado un objetivo del 10% para 2020, que debía subir hasta el 15% en 2030.
Una isla en el mapa europeo de interconexión
La principal razón detrás de esta iniciativa es aumentar las interconexiones eléctricas entre Francia y España, un objetivo estratégico en el marco de la UE para mejorar la cooperación energética transfronteriza. En esas circunstancias, la península ibérica es casi una isla en el mapa eléctrico europeo, cuando por ejemplo la capacidad de intercambio de Francia con sus vecinos del norte y del este (Bélgica y Alemania) es cuatro veces superior. Los sucesivos gobiernos españoles han tratado de presionar a Francia para acelerar otros proyectos con poco éxito desde que se concluyó en 2016 la última por el Pirineo catalán, entre Santa Llogaia y Baixas.
Las interconexiones entre países pueden funcionar como elemento de estabilización del sistema en momentos críticos, por ejemplo cuando hay picos de consumo y es difícil responder con medios de producción propios, pero también cuando hay exceso de generación con fuentes renovables, más difícilmente regulables.
Francia, que ha sido exportadora de electricidad gracias al volumen de producción que aportan sus centrales nucleares (que suponen el 70% de la generación total) se benefició de las interconexiones en 2022 cuando tuvo que parar varios de sus reactores por incidentes técnicos.
Por primera vez desde 1980, ese año Francia compró más electricidad a sus vecinos de la que vendió, y España le suministró un 3% de sus necesidades, el triple que en 2021, y a un precio muy inferior gracias a la producción de renovables en la península ibérica. Una vez recuperada sus capacidades nucleares, en 2024 Francia batió su récord de exportación.
Dependencia de renovables
Con España, el saldo neto positivo fue muy inferior una vez más por lo limitado de las infraestructuras de intercambio (Francia envió en total 9,4 TWh de España, mientras recibió 6,6 TWh), pero también porque los precios en el mercado ibérico son inferiores a los del resto de la Europa continental.
El sistema español cuenta con una débil interconexión internacional (solo un 3% de la potencia instalada) y una alta dependencia de fuentes renovables, como la solar y la eólica. Algunos expertos creen que este desequilibrio pudo haber desencadenó el colapso que derivó en el apagón.