Los adolescentes que utilizan cigarrillos electrónicos o productos de tabaco convencionales (PTC), como cigarrillos, puros, narguiles y pipas, tienen significativamente más probabilidades de reportar síntomas de depresión y ansiedad que los adolescentes que no usan productos de tabaco en absoluto, según un estudio de la Universidad de West Virginia (Estados Unidos). Los resultados se publican en la revista de acceso abierto 'PLOS Mental Health'.

Se sabe que el consumo de tabaco y los problemas de salud mental tienen una relación compleja y bidireccional. Comprender la interacción entre el consumo de tabaco en adolescentes y la salud mental es particularmente importante, ya que la adolescencia es un período crítico del desarrollo durante el cual se desarrollan muchas conductas de riesgo relacionadas con la salud. Además, se observan tasas crecientes de ansiedad, depresión y suicidio entre los adolescentes en Estados Unidos, así como cambios en los patrones de consumo de tabaco.

En este nuevo estudio, los investigadores utilizaron datos sobre el consumo de tabaco, la depresión y los síntomas de ansiedad, en diferentes grupos demográficos, de la Encuesta Nacional sobre Tabaco en Jóvenes 2021-2023. Entre los 60.072 estudiantes de secundaria y preparatoria que completaron todos los cuestionarios, el 21,37% había consumido productos de tabaco: el 9,94% solo cigarrillos electrónicos, el 3,61% solo cigarrillos electrónicos de bolsillo y el 7,80% ambos.

En general, el 25,21% de los encuestados reportó síntomas asociados con la depresión y el 29,55% reportó síntomas de ansiedad. En comparación con los adolescentes que no habían consumido productos de tabaco, los usuarios de cigarrillos electrónicos o PTC mostraron un riesgo potencialmente mayor de depresión y ansiedad, mientras que quienes usaban tanto PTC como cigarrillos electrónicos tuvieron la mayor probabilidad de reportar problemas de salud mental.

Los autores concluyen que, si bien no se puede determinar la causalidad, los resultados de este estudio mostraron que todas las formas de consumo de tabaco se asociaron significativamente con problemas de salud mental. Es necesario seguir promoviendo el apoyo a la salud mental e implementar intervenciones personalizadas para combatir todas las formas de consumo de tabaco entre los adolescentes.