El presidente de la Fundación Clima ha colaborado en el estudio del Observatorio de la Sostenibilidad.

¿Qué deberían hacer las Administraciones a la vista de este estudio?

–Habría que estudiar qué hacer en cada caso concreto, porque las precipitaciones y las inundaciones van a ir a más con el cambio climático. Hay zonas donde es complicado actuar, como los cascos históricos de las ciudades, y hay otras zonas donde se debería producir una retirada estratégica, es decir, ir desalojando la zona inundable. Si llevar a cabo esa retirada tiene un coste económico y social muy grande, habrá que ver cómo proteger esas zonas. También hay que dotarse de planes de emergencia frente a inundaciones, sistemas de alerta, educar a la ciudadanía, etc.

¿Cuál es la situación en Navarra?

–Comparativamente la situación de Navarra es mejor que en otros territorios. Pero hay zonas más preocupantes que otras, como Pamplona y los alrededores, si bien también ha habido inundaciones en otros lugares, como en la zona atlántica, en la zona norte o en la Ribera. El Ebro se desborda bastante a menudo.

¿Qué se puede hacer?

–En algunos sitios se están haciendo cosas interesantes con soluciones basadas en la naturaleza, respetando las zonas de inundación, desahogando el río. Porque lo que se ha hecho tradicionalmente son obras de ingeniería, pensando que puedes eliminar las inundaciones con canales y diques, y eso es lo que no hay que hacer. Porque poner un encauzamiento puede evitar inundaciones en un punto concreto, pero las inundaciones se traspasan a otras zonas. En ciudades son muy interesantes los drenajes urbanos sostenibles, como por ejemplo los jardines de lluvia, que sirven para recoger el agua de las precipitaciones y evitar que vayan al alcantarillado, lo que previene las inundaciones.