Los forenses de la Audiencia Nacional han determinado que el autor confeso del ataque perpetrado el 25 de enero en dos iglesias de Algeciras (Cádiz) podría tener un posible trastorno delirante y han planteado la posibilidad de internarlo en una unidad psiquiátrica dependiente de Instituciones Penitenciarias para observar su evolución y poder examinarlo mejor en un futuro.

Fuentes jurídicas precisan a EFE que se trata de un informe "provisional" que todavía no puede concretar aspectos sobre la imputabilidad del investigado, el marroquí Yassin Kanjaa, ya que los forenses consideran que necesitan información adicional y una evaluación más exhaustiva del joven para sacar conclusiones definitivas.

Por el momento, con la información de la que disponen, creen que presenta una sintomatología compatible con trastorno delirante y sugieren la posibilidad de ingresarlo en una unidad de psiquiatría dependiente de Instituciones Penitenciarias, algo sobre lo que deberá decidir ahora el juez que investiga el caso, Joaquín Gadea.

Los forenses indican en su informe, según informan las fuentes consultadas por EFE, que necesitan una serie de documentación adicional, así como los testimonios que presten como testigos aquellos que tuvieron contacto con el investigado, como sus compañeros de piso, de cara a poder contrastar toda la documentación de la que disponen.

Precisamente este viernes comienza la primera ronda de declaraciones de testigos ante el juez, que los interrogará por videoconferencia.

Kanjaa, en prisión provisional desde que fue detenido por el ataque, fue sometido a un examen psiquiátrico el pasado 23 de febrero en la Audiencia Nacional.

Para realizar este análisis, los forenses recabaron datos sobre el historial médico de este marroquí de 25 años, que se encontraba pendiente de expulsión de España y que al parecer podría tener antecedentes psiquiátricos en su país.

El juez cree que los indicios recopilados hasta el momento sustentan que el atentado perpetrado el 25 de enero en dos iglesias de Algeciras (Cádiz), en el que fue asesinado un sacristán y cuatro personas resultaron heridas, se puede calificar "como un ataque yihadista dirigido tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia Católica como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán".

Por el momento todo parece indicar que Kanjaa habría actuado solo y sin ayuda de terceros, como él mismo reconoció en su declaración, y el magistrado cree que, en este momento inicial de la investigación, se puede afirmar que el investigado se identificaría con "un perfil de terrorista autoadoctrinado que actúa de modo individual no vinculado directamente con una organización terrorista".