Cuando Concepción Lanas, mujer de Jesús Gracia Remón, vecina de Carcastillo y herida en el accidente de tráfico de Lodosa, se enteró de la muerte de su marido, sintió que lo había perdido todo porque “él era el que la llevaba en todos los sentidos. Le lleva haciendo reír toda la vida”, indicó Noemí. Se casaron hace 55 años, cuando ella tan solo tenía 19 años y él 26. Y, desde entonces, nunca se han separado. “En el pueblo se les conoce mucho. Iban siempre cogidos de la mano. A pesar de todo el tiempo que ha pasado, se querían. Había un amor incondicional entre ellos”, expresó.

Y así como Jesús hacía feliz a su mujer, también irradiaba y contagiaba ese sentimiento a todo aquel que se le acercaba. Era el segundo de cuatro hermanos, el padre de tres hijas y el abuelo de cuatro nietos, y a todos ellos les conseguía sacar una sonrisa y convertir su vida en algo más bello. “Le gustaba mucho bailar, hacernos bromas... Era un hombre muy especial y muy bueno. Y hemos tenido mucha suerte de que nos haya hecho reír durante tantos años”, dijo con ternura.

Jubilado y con una vida "tranquila"

En cuanto a su actividad laboral, fue un hombre inquieto que pasó por diferentes trabajos: albañil, obrero, trabajador en Luzuriaga (empresa de fundición de hierro ubicada en Tafalla). Pero ya hacía unos cuantos años desde que se había jubilado, así que se dedicaba a pasar una vida “tranquila, típica del pueblo”. Jugaba a las cartas con su mujer, daba paseos por las tardes, conversaba con todos los vecinos de Carcastillo... Un modo de vida apacible consecuencia de que el año pasado sufrió un ataque al corazón. Le dijeron que debía mantenerse sosegado. Y así lo hizo. Cumplió con lo que le dijeron los médicos. Pero eso no le impidió seguir siendo el motivo de la risa de su mujer, de sus hijas, de sus nietos y de su pueblo, quienes le recordarán siempre.