Ninguna de las varias novedades de Peugeot que aguardan turno en la rampa de lanzamiento reviste la trascendencia del 208. Con la próxima generación del compacto, que estará en el mercado a final de mes o principios de noviembre, la marca del león se juega buena parte de su porvenir. Así que la posibilidad del fracaso ni se contempla. Menos aún después de ver con qué mimbres se afronta el futuro. La evolución de la especie depara un espléndido salto generacional que impulsa al 208 a la vanguardia de su categoría. A la elocuencia estética, el modelo suma una inquietud tecnológica que se plasma en su gama de lanzamiento, en la que coexisten variantes de propulsión convencional, diésel y gasolina de 75 a 130 CV, con otra 100% eléctrica (136 CV). Dependiendo de la motorización y del equipamiento que se elijan, la tarifa oficial (sin contabilizar posibles promociones) oscila entre 13.200 y 34.800 euros.

A la vista de sus cualidades, pocos dudan del éxito del nuevo Peugeot 208. De un coche cuya generación saliente se acerca al top ten de las ventas (ha entregado casi 17.000 ejemplares en lo que va de año) solo cabe esperar que continúe progresando. El único obstáculo con el que se tropieza es la abundante y feroz competencia que atesta la categoría de los turismos compactos polivalentes. El 208 colisiona directamente con su nuevo primo el Opel Corsa, regenerado de manera simultánea y con una oferta motriz semejante. Ambos van a debutar nada más hacerlo una brillante quinta generación del Renault Clio. Por si fuera poco, los tres se topan con rivales de la entidad del SEAT Ibiza, el Citroën C3, el Fiat 500, el VW Polo, etc., todos ellos de gran aceptación popular. El candidato de Peugeot borda dos de las bazas que suelen resultar decisivas: la del diseño y la de la tecnología. Habrá que ver si la tercera, la del precio, cobra recibiendo alicientes en forma de descuento.

El 208 que recorrerá las calles (el aperitivo es una caravana promocional los días 21 y 22) es algo más grande y esbelto que su antecesor. Se estira hasta alcanzar los 4,05 metros de longitud, gana algo de anchura y rebaja un poco el techo, hechura que genera una figura más esbelta. Sus rasgos, en buena medida compartidos con los Peugeot superiores (parrilla y ópticas frontales), musculan la silueta acentuando la impresión de aplomo y deportividad. La cabina, que mejora su habitabilidad, está presidida por el vanguardista puesto de mandos i-Cockpit característico de la marca, que se acompaña de una pantalla central táctil.

Como corresponde a un producto de última generación, el compacto del león tiene acceso a los recursos tecnológicos más avanzados en materia de asistencia a la conducción y conectividad. Son elementos heredados de sus mayores, incluidos de serie o propuestos como equipamiento opcional dependiendo de cuál de las cinco puestas en escena previstas se trate. La elección de una u otra determina también el empaque general del coche, tirando a funcional en las versiones más asequibles y a altamente sofisticado en las que requieren un desembolso económico superior.

El menú motriz compatibiliza cuatro propuestas térmicas y una eléctrica. El capítulo más tradicional del catálogo contempla una versión turbodiésel, la 1.5 BlueHDi de 100 CV, así como tres variantes del 1.2 Pure Tech gasolina, con 75, 100 y 130 CV. La más modesta de ellas se asocia a caja de cambios manual de cinco marchas; la intermedia puede elegir entre la transmisión manual de seis velocidades que lleva el motor a gasóleo y la automática EAT8 vinculada al más solvente.

Las versiones a gasolina del 208 se ordenan económicamente entre 13.200 euros, precio de la 1.2 Pure Tech 75 S&S Like, y los 22.100 que reclama la 1.2 Pure Tech 130 S&S GT Line automática. El reparto diésel oscila de 17.400 a 20.700, dependiendo de la terminación.