María Casado se ha puesto al frente de una nueva entrega de 'Las tres puertas' y ha recibido a José Sacristán, Beatriz Luengo, Yotuel, Raquel Sánchez Silva y Pedro Ruiz.

La presentadora habló en primer lugar con la actual conductora de 'Maestros de la costura', Raquel Sánchez Silva, con quién recordó sus inicios en informativos.

A continuación dio paso a la entrevista con José Sacristán. El actor fue galardonado con el Goya de Honor en la última edición de los premios en Valencia, y charló junto a Casado sobre el cine de antes y de ahora.

Casado cruzó la siguiente puerta junto a Beatriz Luengo y Yotuel que desvelaron cómo surgió su amor en la serie 'Un paso adelante' y contaron los secretos de su relación aunque admitieron que discuten cuando componen.

Para acabar, María se sentó con Pedro Ruiz, con quién la catalana terminó rompiéndose.

MARÍA CASADO LLORA POR SU PROGRAMA

María Casado y Pedro Ruiz reflexionaron durante su charla sobre el momento que atraviesa la televisión.

Ruiz es uno de los nombres importantes del medio y no dudó en dar su opinión sobre la evolución de las programaciones de las cadenas generalistas.

Pedro Ruiz terminó pasando de entrevistado a entrevistador y quiso saber si había algo que le preocupara a la presentadora de 'Las tres puertas'.

La periodista no pudo evitar emocionarse y contestó visiblemente afectada que le preocupaba "este programa", antes de derrumbarse por completo.

Casado aseguraba que, debido a los malos datos de audiencia, no sabía si el formato podría seguir adelante o sería cancelado en un futuro.

Pedro Ruiz, conmovido ante la reacción de la presentadora, intentó animarla haciendo una bonita reflexión.

"Sonríe. Es mucho más difícil desintoxicar que intoxicar. Los medios ahora ofrecen más dinero por ensuciar que por limpiar. Te ofrecen un montón de dinero por meterte en una isla y hacer no sé qué cosas. Pero por limpiar les parece mucho más fácil. No, señores, es mucho más difícil limpiar que ensuciar. Y tiene mucho más mérito. Este programa limpia. Tendrá la audiencia que tenga, pero los números no son el alma de la vida", sentenciaba ante una Casado con los ojos llenos de lágrimas.