Varias personas usan el apellido Hitler como nombre de pila en Uruguay, donde una regulación insuficiente y la inventiva popular han dejado registros como Napoleón, John Kennedy, Blanca Nieves, Einstein, Tarzán, Préstamo, Oxígeno o Demencia. La fiebre ha renacido tras el Mundial de Sudáfrica, como lo demuestra la reciente inscripción de un Mario Abreu, por el delantero Sebastián Abreu, y el intento de registrar a una María Vuvuzela. Al parecer, en los años ochenta se promulgó una ley que prohíbe los nombres "extravagantes, inmorales, ridículos o que generen equívocos respecto al sexo", pero la decisión final de inscribir a un ciudadano recae todavía en los funcionarios del Registro Civil, intérpretes últimos de la norma.