DESPRECIABLE ser humano: Creo, por supuesto, en la presunción de inocencia pero no me he caído de un guindo. Estamos hablando de 17 mujeres (algunas, menores de edad en el momento de los hechos) que lo acusan de todo tipo de fechorías sexuales. Por más que le haya escocido, parece que el abogado de la mayoría de las víctimas estuvo muy atinado cuando lo definió como un dentista que se valió de la fotografía para abusar sexualmente de las chicas. Pretender que traguemos que es víctima de un montaje por odio y por venganza y acusar a las modelos de haber sido manipuladas para mentir es tomarnos por idiotas. Lo terrible es que, aunque lo condenen a muchos años de cárcel no habrá modo de reparar el daño que hecho.