pamplona. Caraduras hay en todas partes. Si bien en la gran mayoría de los casos los inquilinos que no pueden hacer frente al pago del alquiler lo achacan a la apurada situación económica que atraviesan, existen otros casos, también presentes y asiduos en los juzgados navarros, en los que se demuestran que algunos hacen carrera profesional del escaqueo. "De hecho, suelen pasear por la calle como si fueran ricos. Hacen una vida normal de clase alta, dan una apariencia de lo que no son y luego dejan al casero en la estacada. Igual pagan un mes y luego dejan a deber todo un año", apunta Cristina Artola, letrada del despacho jurídico de la Administración de Fincas Ekiser de Pamplona.
Los profesionales del sector advierten que ese perfil de morosos es el menos asiduo, pero que siempre ronda algún caso cercano en Pamplona y la Comarca. "Además, son gente que no alquila un piso en un barrio obrero y por una renta baja, sino que se mete en un adosado, o un chalé, tiene que pagar una renta considerable y a sabiendas de que no lo va a hacer, ya tiene el plan previsto para huir en busca de otro domicilio semejante", explica otro asesor de la capital. Son morosos que juegan al escondite con la ley. Primero, el dueño de la vivienda o local tiene que presentar una denuncia. "Es un tema en el que no se suele recurrir a menudo al arbitraje, porque sería alargar una situación no deseada. Nosotros recomendamos que en cuanto pase un mes, a lo sumo dos meses, sin abonar el alquiler nos comenten el asunto para acelerar los trámites", subraya Artola. Cuando haya transcurrido ese mes sin abono de la renta, se puede mandar al inquilino un burofax solicitándole el pago y anunciándole que en caso contrario se abrirá contra él un procedimiento judicial por desahucio.
Sin embargo, las leyes se topan a menudo con la realidad de los juzgados, precisamente con aquellos de la jurisdicción civil que más están soportando la crisis sobre sus estantes. De esta forma, según la congestión del juzgado en el que caiga el asunto en cuestión, esa demanda puede demorarse entre tres y nueve meses. El plazo de tiempo depende de si la notificación judicial puede hacerse efectiva en un corto periodo de tiempo. En caso contrario se realizará vía edicto y existen procesos en los que han pasado más de cuatro meses sin poder notificarle al moroso el procedimiento.
reclamar cuanto antes "La si-tuación ha cambiado desde la crisis. Antes, la gente tenía más esperanzas de cobrar sin necesidad de llegar al juzgado. Pensaban que tarde o temprano el inquilino pagaría y esperaban en muchos casos hasta tres o cuatro meses para reclamar el dinero. Ahora la situación ha cambiado. Los arrendatarios tienen mucho miedo a alquilar y así como antes en cuanto al deudor se le mandaba un burofax efectuaba el pago; en la actualidad ese sistema tampoco sirve para asustarles y hay que completar el desahucio a través del juzgado", comenta Artola. Al fin y al cabo si la situación se demora en el tiempo, el local o la vivienda es una propiedad a la que el dueño no puede acceder hasta que no consiga expulsar al inquilino.
Los jueces ponen fecha al lanzamiento, el día en el que el inquilino debe abandonar la vivienda. El desalojo del edificio puede llevarse a cabo de manera voluntaria o a través de una actuación llevada a cabo por las fuerzas de seguridad. Así se pone fin al proceso de desahucio que saca a la luz dramas por todas partes, tanto del inquilino que no puede enfrentarse al pago porque pasa por apuros; como del arrendador, que si no le pagan, se queda tieso.